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La diseñadora vitoriana está embarcada en un ambicioso proyecto de moda sostenible.
La apuesta de María Clé por la lana latxa

La apuesta de María Clé por la lana latxa

Moda sostenible ·

La diseñadora vitoriana investiga de la mano de Neiker y la cooperativa Latxa Esnea este material considerado un residuo como base para su próxima colección

Domingo, 14 de junio 2020, 11:34

Siempre se ha definido por su compromiso con la moda sostenible, pero la diseñadora vitoriana María Clé va ahora un paso más allá. Ha decidido apostar por un material muy de nuestra tierra embarcándose en un proyecto pionero. De la mano de la cooperativa Latxa Esnea, Neiker y Urkome (asociación de Desarrollo Rural de Urola Kosta) trabaja en la iniciativa 'Alternativas de valorización textil de la lana latxa para su comercialización en diferentes mercados'. El título es largo pero la idea es sencilla: crear una colección con la lana latxa como tejido base. Es algo que nunca antes se ha hecho y un objetivo con el que la diseñadora se muestra muy ilusionada.

«Estaba investigando cómo desarrollar un proyecto de moda sostenible y me interesaba hacerlo con materia prima de aquí. Fue entonces cuando me puse en contacto con Neiker para proponerles investigar con lana latxa. Nos reunimos y les gustó la idea», recuerda María Clé sobre el origen de la iniciativa. Hace aproximadamente un año de aquellas primeras conversaciones, y desde entonces se han sucedido las reuniones y los experimentos para dar con el tejido ideal. La irrupción del coronavirus obligó a paralizar durante algunas semanas el trabajo, pero el equipo ya ha recuperado el ritmo en la actualidad.

La lana de las explotaciones de oveja latxa es la base de esta iniciativa, y parte del equipo ya trabajó en un proyecto anterior relacionado con esta materia prima. En la actualidad, la lana de esta raza de ovejas continúa siendo «un residuo que requiere una gestión anual y únicamente genera gastos al ganadero como son el esquile, ensacado, almacenamiento, recogida y gestión final», explica Virginia Ortiz de Barrón, de la cooperariva Latxa Esnea que agrupa a 55 pastores.

La diseñadora María Clé, Yurre Peñagarikano (Urkome), Miriam Pinto (Neiker) y Juan Mari Totorika (ADR Urkiola) durante una sesión de trabajo.

Así lleva siendo desde 2016, cuando se instauró la prohibición de venderla. Antes de eso su precio era «irrisorio», pero por lo menos los ganaderos de ovino podían deshacerse de ella sin tener que hacer frente a elevados gastos. En Euskadi existen cerca de un millón de ovejas latxas, así que darle salida a su lana cuando se convierte en un residuo de difícil gestión se ha convertido en una prioridad. También hacerlo de un modo sostenible y creando una economía circular. Eso es algo en lo que María Clé ha confiado desde sus inicios.

«Nos interesa tratar la lana de una manera muy natural para que el proyecto sea verdaderamente sostenible», explica. En la antigüedad, era conocida como 'lana colchonera' por su utilidad como relleno. Sin embargo, con el paso del tiempo los ovinos se han destinado a la producción láctea y su lana se ha ido haciendo cada vez más áspera. Ya lo indica su propio nombre, y es que 'latxa' en euskera significa 'basta' o 'burda'. Esta característica complica su tratamiento para dar con el tejido idóneo.

«Ahora mismo estamos volcados en conseguir una lana mucho más sueve y menos tosca, que sea agradable al tacto con el cuerpo», comparte la diseñadora alavesa. Como puntos positivos señala que es se adapta a la temperatura ambiente, que aguanta muy bien la lluvia y que es muy ligera. La idea es combinarla con otras fibras como algodón natural u otras lanas para obtener el resultado final. «Ya hemos conseguido cosas interesantes. Los primeros resultados son muy bonitos y el proyecto promete», avanza Clé, que en el año 2017 presentó en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid la colección 'Cristalinos' creada a partir de plásticos reciclados.

Variaciones para otros usos

Para dar con ese tejido innovador y versátil, es también fundamental el papel de Neiker como centro tecnológico especializado en la creación de soluciones innovadoras para los sectores agroganadero y forestal. Sus especialistas aportan el concocimiento científico sobre posibles mejoras en tratamientos del producto final y el estudio de su implicación medioambiental. «También hay que tener en cuenta que depende de qué parte del cuerpo de la oveja sea la lana tiene diferentes características», apunta Virginia Ortiz de Barrón.

Diferentes pruebas con el tejido.

Una vez conseguido el tejido ideal, el siguiente paso será la creación de una colección diseñada por María Clé. «Ese aspecto ya está bastante avanzado, ya tengo los patrones», confiesa ella. En un futuro se podrían conseguir además variaciones del tejido que sirvieran para abarcar otras categorías como podría ser la decoración del hogar. Hace algunos meses, la marca Ternua ya comenzó a utilizar la lana latxa como aislante térmico en algunas de sus prendas.

El proyecto actual cuenta con la financiación del Fondo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y también del Gobierno vasco a través de sus ayudas a la cooperación.

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