¿Cada cuánto se debe lavar la ropa de casa? (o se corren estos riesgos)

Extremar la higiene de estos textiles es importante dado que no hacerlo puede acarrear el desarrollo de problemas de salud. El objetivo es evitar la acumulación de microorganismos que pueden hacer del hogar un caldo de cultivo de bacterias y ácaros. Según la start up española de franquicias internacionales de lavandería Mr Jeff, la mitad de los españoles afirman realizar esta tarea una vez a la semana, mientras que el 7% lo hace una vez al mes y más de un 15% reconoció lavar estos textiles únicamente cada dos meses o más. Pero, ¿cuál es la frecuencia correcta?

Según expertos como el director de microbiología clínica del centro médico Langone de Nueva York, Philip M. Tierno, como mínimo, la ropa del hogar como sábanas y toallas se debe lavar una vez a la semana, aunque dicha frecuencia debería ser mayor en el caso de que se esté enfermo, se duerma sin ropa o si las temperaturas son muy elevadas. De hecho, no hacerlo de manera frecuente puede promover la acumulación de algunos microorganismos que pueden llegar a afectar a nuestra salud, advierten.

Pero no solo las sábanas y toallas pueden ser foco de virus y bacterias. Otros textiles que usamos a diario en casa también se ensucian y pueden afectar a nuestra salud. Estas son las recomendaciones de los expertos sobre cómo higienizarlos:

Los residuos que permanecen en la ropa de cama pueden provocar reacciones alérgicas, irritaciones en la piel o infecciones. Por ello, como mínimo -al igual que las toallas- se deben lavar una vez a la semana, a menos que se esté enfermo, se duerma sin ropa o las temperaturas sean muy altas. En estos casos la frecuencia debería acortarse. En cuanto a las toallas de mano, cuyo uso es mucho mayor, sería conveniente cambiarlas cada dos o tres días. Es recomendable lavarlas a altas temperaturas y secarlas al sol, para una mayor higiene.

Las cortinas acumulan polvo y están en contacto con los microorganismos que vuelan tanto por la casa como por el exterior, por lo que es recomendable hacerles una limpieza profunda al menos dos veces al año. Si las sacudimos o aspiramos con asiduidad, podemos alargar un poco más la frecuencia de lavado.

Los trapos de cocina son de los más expuestos a microorganismos porque entran en contacto con alimentos crudos. Aunque el material del que están hechos facilitan el pronto secado, haciendo que sean menos propensos a albergar gérmenes, los expertos recomiendan cambiarlos al menos una vez a la semana y darles después de cada uso con una solución desinfectante.

Se recomienda lavar la alfombrilla del baño cada semana o quincena para que no se acumule demasiada humedad, lo cual provocaría la aparición de hongos.

Los edredones, cojines de sofá u otros rellenos suelen lavarse cada seis meses, es decir, un par de veces al año o coincidiendo con los cambios de armario de verano e invierno.