El impresionante chalet de una familia numerosa en Urdaibai entre clásico y moderno

La vivienda se ha construido en una zona de impacto: en el eje del río de Urdaibai, y la topografía ha sido un gran reto para los arquitectos, pero, al mismo tiempo, también ha resultado ser una parte clave en el proyecto para conseguir un resultado de éxito. «La topografía era un poco irregular. El cliente quería desarrollar la vivienda en una planta. Y aprovechando la pendiente del terreno, creamos una parte baja donde hicimos un garaje, un sótano, una zona de instalaciones y una sala de música, porque uno de sus hijos se dedica a ello», señala Jon. Debido a la posición geográfica en la que se encuentra la casa, los arquitectos también contaban con una serie de normas de cara a la construcción. «La forma tenía que ser una cubierta dos aguas con una cubrición de tejas rojas y con una fachada compuesta por madera, piedra, raseo blanco y metal. La topografía del terreno y la normativa han marcado las directrices», apunta el vizcaíno.

La piedra y la madera protagonizan la fachada de la casa, como una reinterpretación del estilo tradicional vasco. Los grandes ventanales, situados en diferentes espacios del chalet, permiten la continuidad espacial entre el interior y el exterior para disfrutar de las vistas y el paisaje, incluido el amplio jardín del que dispone la vivienda. En el proyecto de Kortezubi, Jon y su equipo han apostado por una altura media para evitar la «sensación de pabellón». Además, han creado un espacio más recogido con el objetivo de que el lugar resulte más cálido y acogedor. De hecho, la madera ha sido un elemento clave para conseguirlo. «Además, nos ha encajado muy bien estéticamente porque el perímetro tenía tonos claros», apunta el arquitecto.

La casa tiene 480 metros cuadrados y el hall es el espacio articulador que divide las dos alas. «Se asemejan a las de un pájaro por la forma en V que tienen. La estampa simula un vuelo a la Biosfera de Urdaibai», explica. La zona principal donde viven los propietarios cuenta con tres habitaciones y dos baños; y la otra parte tiene tres habitaciones, un comedor, un salón grande y una cocina. «Se entra por el hall a las dos salas, es el núcleo central y eso lo hace especial», indica.

La combinación de tonos blancos, beige y claros da lugar a un estilo Japandi, una tendencia en decoración que mezcla lo mejor del estilo japonés y nórdico donde la simplicidad, el toque minimalista y las zonas amplias son protagonistas. La vivienda está formada por espacios diáfanos y luminosos gracias a los grandes ventanales situados en cada lateral. Además, los arquitectos de HOBA studio también han querido apostar por materiales puros. «Intentamos que el material en sí tenga protagonismo. Especialmente, queremos que se entiendan bien los espacios y que los movimientos en la casa sean naturales», señala Jon. Entre las marcas del mobiliario, destacan Roca, Cocina Sua y Decoración Kave Home, entre otras.

HOBA studio ha conseguido construir una vivienda en un marco inigualable con un resultado final espectacular. «Han aceptado nuestra propuesta en un sitio donde prácticamente no dejaban construir nada, apostaron por nuestro diseño muy rápido, y es algo anecdótico porque no suele ocurrir», comenta el vizcaíno. Así, el proyecto de Kortezubi ha sabido combinar a la perfección tradición, modernidad y comodidad en un enclave privilegiado de Bizkaia: el corazón de Urdaibai.