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Michael McLoughlin
Martes, 30 de diciembre 2014, 00:14
El día que Facebook anunció a bombo y platillo que Instagram había hollado la cota de los 300 millones de usuarios activos y con ello había desplazado a Twitter del segundo cajón del podio, Ev Williams protagonizó una sonora diatriba ante los miembros del consejo de administración. El cofundador sostuvo, para defender la supremacía sobre la aplicación de retoque fotográfico, que la red de 'microblogging' es una herramienta que ayuda a comunicarse a las personas y que gran parte de los 'mandamases' mundiales lo utilizan en multitud de ocasiones para pronunciarse y entrar al debate público.
Si además hubiese hecho caso al constante goteo de investigaciones publicadas recientemente, Williams también podía haber presentado como carta credencial las dotes predictivas de su plataforma. Y es que un buen número de estudios han reseñado la utilidad de la información que se genera en el nido del jilguero más conocido de internet para diagnosticar ciertos trastornos mentales e incluso adelantarse al devenir de los valores bursátiles.
Recientemente, un trabajo de la clínica John Hopkins de Estados Unidos aseguró que se podía escrutar Twitter para recoger indicios de afecciones mentales comunes como depresión, ansiedad o el trastorno bipolar postraumático. «Existen datos y cifras cuantificables para estudiar cosas como el dónde se produce la enfermedad, la frecuencia, la vulnerabilidad o los tratamientos más exitosos», aseguró Glenn Coppersmith, uno de los rectores de este experimento, que en caso de prosperar podría abaratar notablemente los métodos de diagnóstico.
Aseguran que este método, por el que ya se ha interesado el Ejército estadounidense, no busca remplazar las actuales técnicas «sino complementarlas». El principal inconveniente son los estigmas asociados y las causas subyacentes que hacen que estas técnicas demanden más dedicación.
Meses antes, otro grupo de esa misma institución publicó un trabajo donde estos datos servían para monitorizar en tiempo real el avance de la gripe en el país, de la misma manera que Google hizo con sus búsquedas. «Esto demuestra que los mensajes de Twitter se pueden utilizar para orientar a los funcionarios de salud pública en su respuesta a los brotes de enfermedades infecciosas», afirmó entonces el doctor Mario Dredze.
Los 'tuits' del Ibex
Recientemente una serie de iniciativas con denominación de origen española han puesto de relieve también que, más allá de las consultas médicas, la minería de datos se puede aplicar a disciplinas como la economía. Raúl Gómez, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, ha liderado una investigación que sostiene que las publicaciones en la plataforma influyen en el comportamiento de las cotizaciones bursátiles.
«Si hay muchos mensajes optimistas, sería una señal de mayor tolerancia al riesgo y la Bolsa tendería a subir y si vemos más mensajes pesimistas, lo contrario», advierte Gómez, quien ha hecho uso de Stockbuzz.com, una herramienta del BBVA, para medir, cribar y clasificar el sentimiento de los inversores en Twitter .
Tras una primera publicación reconocida en múltiples círculos especializados han decidido profundizar en la materia y ultiman un texto que concluye que 33 de los 35 valores que conforman el Ibex «son sensibles» al contenido de lo 'tuits'.
«Siempre existen los chascarrillos como que el mejor día para invertir el lunes y el mejor el viernes, pero nosotros estamos utilizando las redes sociales para comprobarlo y llevarlos a un modelo econométrico», acota el investigador. Preguntado por los sectores a los que más le afectan, asegura que no depende tanto de la actividad como «del volumen de capitalización». «Por un lado están empresas como Teléfonica o Inditex que generan muchas publicaciones y por otro compañías que generan mucho menos ruido. Al escribirse menos sobre ellas, las publicaciones son más relevantes», explica.
«Todavía no se han inventado los crash alcistas. Se reacciona antes en momento de tensión y por ello es más usual detectar la aversión al riesgo», aclara Gómez, quien ve en las tecnologías de la información un filón para un gran número de gremios como la política ya que las consultas en buscadores pueden proporcionar información «muy valiosa» a la que no llegan las encuestas.
Twitter y el mapa del paro
Twitter también puede ofrecer serias pistas sobre la situación laboral de una persona. Una investigación de la Universidad Carlos III determinó que las regiones que adolecen de un mayor nivel de paro en España no se comportan en las redes sociales de la misma manera que donde es menor.
«Hemos comprobado que una plataforma tan accesible y en la que nos podíamos comportar de manera muy similar está muy condicionada por la situación sociolaboral de las personas», cuenta Esteban Moro, encargado del estudio.
Así, explica este profesor, detectaron un patrón horario «muy definido». Los resultados dejan ver que los desempleados tuitean más, a excepción en la franja que va desde las ocho de la mañana hasta las doce del mediodia. El análisis de los 145 millones de mensajes dejó ver también que existía también una correlación entre los territorios con menor ocupación y los errores ortográficos «gordos» no provocados por cosas como el corrector del teléfono.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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