El joven que degolló a su hermana en la localidad malagueña de Fuengirola tenía una orden de alejamiento

Los hechos sucedieron ayer en un edificio situado en el número 84 del paseo marítimo de Fuengirola, en la zona de Los Boliches. A las 9.15 horas, la sala del 091 recibió la llamada del novio de la fallecida y envió varias patrullas al 1ºF, donde reside el presunto homicida, un joven ecuatoriano de 22 años y con antecedentes por maltrato a su madre. Erika P. J. O., de 25, solía pasarse casi a diario para ver si su hermano estaba bien y "hacerle algunos recados", según el conserje del edificio, José Luis Olivera.

Rutina diaria

Ayer, la joven repitió su rutina y fue al domicilio de su hermano, donde vive solo, al parecer, por la orden de alejamiento que tiene respecto a su madre, que además habría incumplido varias veces, según las fuentes. Erika y él solían discutir con frecuencia. "Al principio pensé que era una pelea más. Cuando vi el furgón de la funeraria, no me lo podía creer. Nadie podía imaginar que esta situación iba a tener un final tan trágico", añade el portero del edificio.

Los policías encontraron el cuerpo de Erika en un dormitorio. Aunque avisaron al 061 -que envió una uvi móvil-, los esfuerzos de los sanitarios fueron en vano. Ya había fallecido. Apenas había sangre en el piso, lo que sugería que el presunto autor había limpiado el escenario del crimen. Todo apunta a que la agresión se produjo en el cuarto de baño y que el joven trasladó el cuerpo de su hermana a la habitación, según fuentes próximas a la investigación, que precisaron que la víctima presentaba un golpe además de un corte profundo en el cuello. El levantamiento del cadáver, al que acudió el juez, un médico forense y especialistas de Policía Científica, se produjo en torno a las 11.40 horas.

Los agentes se llevaron detenido al hermano de Erika como presunto autor del homicidio, que al parecer se habría producido en el transcurso de una discusión. Aunque vecinos aseguraron que padece problemas mentales, las fuentes consultadas señalaron que, inicialmente, no tiene diagnosticada enfermedad psiquátrica alguna. Fue conducido a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Fuengirola, donde permanecía arrestado a la espera de ser puesto a disposición de la autoridad judicial.