mariña álvarez
Viernes, 13 de junio 2014, 12:19
El kilómetro 249 de la A-8, en el que ha ocurrido el trágico accidente de Cabezón de la Sal, no está considerado un punto negro, aunque desde antes incluso de existir la autovía se percibe que en la zona las inclemencias del tiempo ... son más acusadas. "Si llueve, aquí graniza; y si hay niebla, aquí hay mucha más", señalan fuentes de la Guardia Civil de Tráfico.
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Un dispositivo "·complicado"
Hasta el lugar de los hechos se han trasladado bomberos procedentes de tres parques (Valdáliga, Corrales de Buelna y Torrelavega), personal de la Dirección General Protección Civil, la Guardia Civil (14 efectivos de Tráfico y varias patrullas rurales), y operarios de Mantenimiento de Carreteras y del 061.
Todos ellos han trabajado en la excarcelación de las víctimas, que por la magnitud del siniestro se encontraban en zonas de difícil acceso, y en la recuperación de la vía, que ha quedado cortada al tráfico durante horas. La Guardia Civil de Tráfico se ha encargado de controlar los cortes de la autovía, los desvíos del tráfico y evitar que los coches que circulan en dirección a Asturias se queden parados mirando.
Se trata de un dispositivo "con gran complicación", porque la evacuación de las víctimas ha sido "lenta" por la dificultad que entrañó la excarcelación de los cuerpos y, después, la retirada de los vehículos. El tráfico quedó restablecido cinco horas después del choque
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