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Teresa Romero, el día que fue dada de alta tras superar el ébola.
El virus de la estupidez

El virus de la estupidez

Tengo un compañero al que le han pedido que su hijo no vaya al parque con los otros niños. Que su padre sea médico en la Paz, hospital al que está adscrito el Carlos III, es motivo suficiente para temer un contagio

JON URIARTE

Sábado, 8 de noviembre 2014, 00:20

"No vengas a esta casa". Lo contaba con tanta perplejidad como dolor. Venía a ser como que te suelte un sopapo la persona que menos imaginas. Solo que la frase dolía más. Es una mujer que trabaja como enfermera en el Carlos III de ... Madrid, conocido últimamente por el ébola y, sobre todo, por el contagio y curación de Teresa Romero. Ni siquiera había estado cerca de la planta en la que estaba la auxiliar. Pero daba igual. Le soltaron la frase el domingo pasado, cuando decidió visitar a sus padres. Al llamar al telefonillo, su madre pronunció esas cinco palabras. Y luego añadió: "Al menos hasta que pase el tiempo y el ébola desaparezca".

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