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elcorreo.com
Viernes, 17 de octubre 2014, 18:49
El Gobierno empieza a esbozar las primeras sonrisas en la crisis del ébola. Después de unos días complicados, de que le lluevan las críticas a Ana Mato por su nefasta gestión del asunto, y de que este jueves ingresaran cuatro casos sospechosos de contagio en ... Madrid y Tenerife, el Ejecutivo de Rajoy cree que lo tiene todo controlado.
Así lo ha expresado, con gestos que no con palabras, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en una rueda de prensa. Le tocaba informar sobre el estado de los cuatro pacientes recién ingresados cuando no ha podido ocultar su felicidad por la buena noticia que iba a dar. Los primeros test realizados a estas cuatro personas han dado negativo.
Gesticulando con las manos y sonriendo, la política ha dado la buena nueva a los periodistas. Ha intentado ser cauta y así lo ha dicho, pero Sáenz de Santamaría no ha podido ocultar su satisfacción ante los resultados de la primera prueba. En menos de 72 horas, los cuatro hombres serán sometidos a otro nuevo test que confirmará si de verdad están libres de la enfermedad. Sin embargo, parece que la vicepresidenta ya intuye que será así.
Esto, si se confirmara, junto con la recuperación, lenta pero constante, de Teresa Romero, la auxiliar contagiada que atendió al misionero Manuel García Viejo, y junto con que ya ha acabado el periodo de vigilancia sobre el equipo que atendió al misionero sin ningún positivo, reforzaría la posición del Ejecutivo de Mariano Rajoy en la crisis. Una postura que ha sido muy criticada por su mala gestión de los primeros días, pero que parece haber sido reconducida en la última semana.
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