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Fotograma del filme de David Lean 'Doctor Zhivago' con los principales protagonistas Julie Christie y Omar Sharif.
El cine convirtió los campos de Soria en las estepas rusas

El cine convirtió los campos de Soria en las estepas rusas

Hace cincuenta años la ciudad castellana y el barrio madrileño de Canillas sirvieron de escenario para el rodaje de 'Doctor Zhivago'

Mikel Iturralde

Lunes, 2 de febrero 2015, 18:01

Mucho más que cualquier otro invento del siglo XX, el cine nos ha cambiado la forma de ver el mundo real o imaginario. A través de su magia hemos contemplado cómo las aguas del mar Rojo se separan y se vuelven a juntar para destruir los ejércitos del faraón que persiguen a Moisés y al pueblo judío. Su indiscutible encanto posibilita los espectaculares e imposibles giros y cabriolas de Batman en la peligrosa ciudad de Gotham y la desaparición de Nueva York por un terrible tsunami. Y es capaz de transformar los apacibles pueblos castellanos en las convulsas ciudades que vivieron la Revolución Rusa o convertir el Moncayo nevado en los Urales.

Gracias al cine, las tierras de Soria acabaron convertidas hace ahora cincuenta años en la estepa siberiana; el incipiente madrileño barrio de Canillas se transformó en el Moscú bolchevique; y cientos de españoles cantaron a pleno pulmón 'La Internacional', bajo la estrecha y sorprendida vigilancia de la Policía franquista. David Lean eligió España para el rodaje de las principales escenas de 'Doctor Zhivago', su obra maestra, que obtuvo cinco premios Oscar y fue nominada a otros cinco. Además, fue galardonada con cinco Globo de Oro.

Candilichera, Villaseca de Arciel, Navaleno, Villar del Campo, Matamala de Almazán, El Cañuelo, Barajas, Canillas, Guadix, la presa de Aldeadávila y Campo del Gómara son escenarios elegidos por la productora norteamericana para recrear los parajes rusos necesarios para este filme, que hasta el año 1994 no pudo mostrarse en Rusia. Pero también hubo que trasladarse a Finlandia para grabar algunos parajes en Punkaharju, Punkasalmi, Pyhäselkä, Helsinki, Joensuu y Koli que recordaran mejor a las estepas rusas y alguna escena de Morley Flats de Alberta, en Canadá.

El viaje a Finlandia fue culpa de la ciudad castellana. El invierno en Soria (al menos aquellos inviernos de la época de Franco) dejaba los campos cubiertos con el manto blanco. Justo lo que necesitaba la productora norteamericana para rodar este drama épico, basado en la novela homónima de Borís Pasternak y que le valió el premio Nobel de Literatura en 1958. Sin embargo, los pronósticos meteorológicos fallaron estrepitosamente. El invierno de 1964 fue uno de los más suaves de la década, con escasas precipitaciones. El productor artístico John Box había elegido nuestro país para el rodaje de Doctor Zhivago (de diciembre de 1964 a octubre de 1965), tras descartar un buen número de candidatas, entre otras Rusia (imposible trabajar allí porque la novela estaba prohibida), Finlandia (la ideal, pero con un frío extremo que hubiera hecho casi imposible la labor de los actores) y Yugoslavia (falta de la infraestructura necesaria para una película de esas características). Los paisajes nevados de Soria resultaban perfectos. Pero no nevaba. El Moncayo (que se suponía que eran los Urales) estaba blanco, pero al fondo, lejos. Pasó diciembre, pasó enero, pasó febrero y nada. Aquí el invierno dura mucho, repetían los lugareños o en marzo hemos tenido nevadas enormes. Llegó marzo y nevó algo, pero muy poco. Acabó siendo el invierno más suave de los últimos cincuenta años.

A falta de nieve, hubo que tirar de imaginación. Los especialistas simularon los parajes nevados con toneladas de polvo de mármol y sal y, en los lugares más lejanos, con plásticos blancos. De todas formas, no debió quedar demasiado fino el trabajo porque algunas escenas que requerían gran presencia del manto blanco se volvieron a rodar en Finlandia y se eliminaron muchos de los parajes sorianos de la filmación, para decepción de la ingente cantidad de extras que trabajó en el rodaje.

Vías, estaciones y trenes

El Ayuntamiento de Soria conmemorará durante este año el medio siglo de la filmación de la película dentro de sus objetivos de promoción de la ciudad, de una gran riqueza patrimonial, pero que también se quiere vincular con actividades relacionadas con la cultura. En este caso, se apuesta por una Soria cinematográfica, dentro de la campaña 'Asómate y elige', con distintos eventos ligados al rodaje de la ya mítica película protagonizada por Omar Sharif. La concejala de Turismo, Teresa Valdenebro, destaca la recuperación de esta obra maestra como reclamo turístico para todos aquellos que apuesten por la ciudad castellana. El Consistorio anima a los sorianos a compartir material, pero también recuerdos del rodaje de la película en tierras castellanas.

Se trabaja en distintas alternativas para celebrar la efemérides, aunque se subraya como la más inmediata e importante la organización de una exposición que tendrá en Soria su punto de partida, pero a la que se le buscará una proyección nacional. También se pretende organizar una muestra abierta a la participación de todos los sorianos, instituciones y entidades que puedan tener cierta relación con la película. "Queremos hacer algo similar al proyecto de 2007 bajo el lema 'ayúdanos a recordar la Soria de Machado' y realizar una tarea de documentación colectiva de la ciudad de 'Doctor Zhivago' abierta a la participación de todos".

El acontecimiento también despierta sentimientos encontrados en otras zonas de la Península. Precisamente se acaba de cumplir el 30 aniversario del cierre de la línea Santander-Mediterráneo. Parte de su trazado se utilizó para grabar las numerosas escenas ferroviarias que pueden contemplarse en el filme de David Lean. Dieciséis artistas locales sorianos participan en 'Latidos del olvido', una muestra que se podrá ver en el palacio de la Audiencia hasta el 23 de febrero. Y hay más preparativos en otras localidades con los que se quiere recordar el fallido proyecto ferroviario que aún no han sido presentados.

Las vías de Pinares y Campo de Gómara y las de Soria-Castejón se usaron para la circulación de los trenes empleados en la película. La productora alquiló tres locomotoras de vapor y sesenta vagones ya desechados del servicio de Renfe, que colaboró desinteresadamente en esta cinta de proyección internacional. Destaca la utilización de la imponente 'Mikado 141.2239', disfrazada para la ocasión como un tren militar ruso en el que viaja el coronel Strelnikov (Tom Courtenay). Esta máquina, desaparecida ya, fue probablemente una de las series montadas en España en las factorías de Macosa, Euskalduna y Babcock & Wilcox, según el contrato firmado con la escocesa North British Locomotivas, que entregó entre 1953 y 1954 un lote de 25 locomotoras, numeradas como sub-serie 141/2101-2125. Renfe recibió 242 Mikado entre 1953 y 1960, una de las mayores series del parque de la compañía ferroviaria estatal. La mayor parte de las Mikado que hoy perviven en nuestro país están 'fuelizadas'.

David Lean adoraba los trenes. Y en su película tienen un papel estelar. La máquina que arrastra el tren donde viajan los refugiados corresponde a la locomotora '140-2054', actualmente en el depósito de Guadix, y que ha sido utilizada en películas como Indiana Jones y la última cruzada y 'El bueno, el feo y el malo'. Esta máquina, una 'Baldwin' construida en 1928 por Babcock & Wilcox, fue restaurada en 2001 por la Asociación para la Recuperación de Material Ferroviario, con sede en Lérida, junto con cuatro vagones de carga de los que se ocupó el programa de formación y empleo de la Junta de Andalucía y la Escuela Taller Palacio de Villalegre. Todo el material fue cedido por la Fundación de Ferrocarriles Españoles. Actualmente aguarda nuevo destino en la localida accitana, tras haber encabezado el 'Tren de la Fresa' y otras iniciativas turísticas, entre otras el sesquicentenario de la llegada del ferrocarril a Miranda de Ebro en 2013.

Y por último, el tren blindado, una ex 1400 de MZA del depósito de Madrid-Delicias, tipo Mastodonte, que cuando llegaron a Renfe las numeró como serie 240. Ésta parece ser la 240-2331 (), como casi se logra apreciar en uno de los fotogramas de la película de David Lean. Vagones J, para mercancías, con señales evidentes de la compañía donde daban servicio, rematan el material español utilizado en la cinta. Completan la película una máquina VR 622 (serie TV2, 1D) y una locomotora de vapor de la RLY Canadian Pacific Co.

Para apreciar el 'realismo' con el que se trabajaba en el filme, basta citar una anécdota que también tiene al tren como protagonista: el convoy que lleva hacia Barikino a la familia de Zhivago pasa por un pueblo arrasado por Strenikov (Villar del Campo), donde una mujer con un bebé en brazos, figurante en el filme, intenta subir al convoy y corre paralela a él. La cámara está filmando, así que, cuando la mujer se queda enganchada sin poder acceder al vagón, la máquina continúa imparable y ella cae sobras las vías; las ruedas cercenan las piernas de la víctima y posteriormente deben amputárselas en el hospital. David Lean siguió impertérrito la escena y aprovechó parte de la misma para la película.

También aparece un viejo tranvía urbano de Madrid, de los años 30, de dos ejes bidireccionales, con una curiosa historia que reveló hace ya algún tiempo uno de los grandes especialistas de este tipo de transportes, José Antonio Tartajo. El tranvía que aparece en la película, al principio y al final, ya no existe. Hay uno similar que se expone en el vestíbulo de la estación del metro Pinar de Chamartín, aunque tiene notables diferencias según los entendidos. En las escenas finales aparece con el número 105. Al parecer, ese tipo de tranvías se retiraron de la circulación en 1963, pero algunos se salvaron del desguace como lo atestigua el propio filme y el vehículo que ha sobrevivido hasta la actualidad.

En 1971 la Empresa Municipal de Transportes de Madrid decidió arreglar 'El Zivago', como se le conocía desde su presencia en la película de David Lean, pero tras su restauración le puso el número 477, del que ya existía un ejemplar. Lo decoró con una leyenda alusiva al Centenario del Tranvía y lo hizo circular en el Centenario (1971) y en la Despedida (1972). Se utilizó en varias exposiciones y películas. Su última aparición fue en 'Las bicicletas son para el verano' (1984). En 1994 el Ayuntamiento de Madrid decidió volver a poner en condiciones de servicio uno de sus viejos tranvías. El mal estado del 'El Zivago' desaconsejó su uso y se recuperó el auténtico 477. Se restauró y se dejó en estado de marcha. Estuvo algún tiempo en el Museo de la Ciudad y en una cochera de metro, hasta que ha sido 'sepultado' en Pinar de Chamartín.

'La Internacional' con Franco

Las calles de Moscú se recrearon en los alrededores del cementerio de Canillas. Cuatro hectáreas de terreno en el barrio madrileño, por entonces prácticamente desierto, donde se montaron unos decorados que ocupaban más espacio que el de los límites urbanos del casco urbano de aquellos días. Se tardó cinco meses en recrear la gran calle adoquinada de Moscú, de más de un kilómetro, donde se desarrolla la primera parte del filme. Se reconstruyeron las tiendas de principios del siglo XX, se tendieron 700 metros de vías para que el tranvía la recorriera de arriba a bajo e incluso se perfilaron las torres del Kremlin, que asomaban al fondo. Como recuerda Perico Vidal, asesor del equipo de dirección, "todo hecho siguiendo escrupulosamente las imágenes de la época. Había también una plaza, y un viaducto, y el Kremlin al fondo, y en el otro extremo levantaron la casa de los Gromiko, la familia adoptiva de Zhivago, y el barrio pobre donde vivía Lara. De algunas casas solo hicieron las fachadas, pero cada tienda tenía su escaparate; y, si había escaparate, Lean y Simoni querían que se viera el mostrador y lo que la tienda vendiese, pero todavía fueron más allá y construyeron casas completas".

Los interiores se hicieron en los estudios CEA, que fueron ocupados en exclusiva para el rodaje durante buena parte de 1965. El acceso estaba más que blindado para impedir la entrada de curiosos y desocupados, aunque la filmación en sí se convirtió en el plan perfecto de distracción para los jóvenes de la época, sobre todo si se dejaban ver por la zona los famosos protagonistas.

El poblado de Canillas se estableció en 1959 y a él fue a parar mayoritariamente gente de clase muy humilde, que nada más enterarse de la producción del filme no dudaron en ofrecerse como extras (Metro-Goldwyn-Mayer pagaba 40 pesetas diarias, cuando el salario medio no llegaba a las 2.000 mensuales). Unas 3.000 personas participaron en las escenas rodadas en el Moscú madrileño.

Los extras fueron sin querer protagonistas de un incidente con las autoridades del régimen que causó algún que otro quebradero de cabeza a los productores de la película. Una de las escenas más multitudinarias se filmó en esa calle moscovita. Los figurantes marchaban ocupando todo el ancho de la vía cantando 'La Internacional'; todo un desafío en pleno apogeo franquista. Nadie sabe cómo, pero al poco de comenzar el rodaje se presentó una unidad de la Policía Armada, encargada de la vigilancia urbana. Los policías se mostraron dubitativos; no sabían bien cómo proceder ante aquel escandaloso y provocativo canto de los enemigos de la Guerra Civil. El equipo de rodaje se desgañitaba ante los mandos policiales y les costaba hacerles entender que no pretendían ofender a Franco con ese himno revolucionario y que el guión exigía que se entonara la canción. Por si acaso, las fuerzas del orden tomaron datos de los extras, aunque nunca se supo si se utilizaron en alguna ocasión. Luego tampoco se mostró en la pantalla. ¿Hubo algún extraño pacto?

La estación de Delicias de Madrid, actual emplazamiento del Museo del Ferrocarril, también fue escenario de dos escenas: la llegada de la prometida de Zhivago y la partida de los refugiados. Mucho movimiento y colorido de pasajeros, abrigos de pieles y kioscos, y la gran marquesina qe caracteriza la antigua terminal madrileña, en la primera secuencia. Mientras que en la segunda el papel principal se asigna a cientos de refugiados que, vigilados por soldados fieles a la revolución bolchevique, esperan en la penumbra el tren en el que se hacinarán camino de sus destinos. Delicias se transformó en una estación de tren moscovita, con más columnas de las que realmente tiene, punto clave para la actividad económica y social. Era el primer rodaje cinematográfico en una estación de Renfe, que pronto cerraría sus puertas (1969) y que después se transformaría en museo (1984). A este filme le seguirían muy pronto otros.

Del fracaso al éxito

Paradójicamente, el estreno en Nueva York en diciembre de 1965 resultó un desastre. Los críticos la machacaron sin piedad: lenta, demasiado larga, con imágenes de postal, música almibarada y un argumento de viejo melodrama: uno de los más jóvenes llegó a publicar que su visión de la Revolución Rusa era reaccionaria. Ni tan siquiera la millonada de dólares invertida en publicidad mitigó la catástrofe. Pese a todo, se mantuvo en la cartelera. A la cuarta semana, el público comenzó a llenar los cines. En primavera se presentó en Cannes, se estrenó en Londres y, en otoño de 1966, en el resto de Europa. Cada nuevo estreno era mejor que el anterior, y acabó convertida en un taquillazo descomunal. Salvó al estudio: consiguió la mayor recaudación de la Metro desde 'Lo que el viento se llevó' (200 millones de dólares en todo el mundo).

Doctor Zhivago está inspirada en la novela del mismo nombre de Boris Pasternak, éxito de ventas y de un gran romanticismo, pero de gran dureza con la revolución de 1917. Ambientada durante la Revolución Rusa, narra la historia de un hombre que tiene que luchar por sobrevivir a los acontecimientos. Yuri Zhivago es un médico amante de la poesía, casado, pero que no puede olvidar a otra mujer. Un apasionado, bello y desgraciado amor, durante la Revolución Rusa, entre el médico Yuri Zhivago (Omar Sharif) y la bella enfermera Lara Guichard (Julie Christie). Una superproducción, dirigida por David Lean), convertida en un clásico del cine, con un reparto excepcional que completan Geraldine Chaplin, Tom Courtenay, Alec Guiness y Rod Steiger, entre otros. La película está narrada en 'flash-back' por el hermanastro de Yuri Zhivago, el general Yevgraf Zahivago (Alec Guiness), que intenta averiguar si una trabajadora de una fábrica (Rita Tushinham) es hija de su hermano y de Lara Guichard. David Lean eligió para el papel estrella a Peter OToole, pero éste se negó recordando la experiencia de haber hecho agotadoras jornadas para rodar Lawrence de Arabia (1962); por cierto, también en España y con trenes de Renfe.

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