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arantza furundarena
Domingo, 21 de diciembre 2014, 01:30
Dice Amestoy que 'En el cielo no hay Chanel' (así se titula su último libro, una obra teatral sobre Marilyn) y que Bilbao, su ciudad natal, "está esterilizada". Viejo zorro televisivo que hizo de la impertinencia un arte, Alfredo Amestoy Eguiguren vive a sus 73 ... años en Motril cultivando el aguacate.
Este es su segundo libro sobre la Monroe. ¿Le obsesiona?
Llevo tres años liado con ella con permiso de mi mujer. Y eso que a mí me gustaba más Brigitte Bardot, a quien conocí en persona.
A usted le conocimos en la tele. Con aquellas gafas como pantallas...
Y que ahora se vuelven a llevar. Todo vuelve.
¿Usted también?
Me han tentado, pero ya vivo en el campo, me gusta pescar...
Y se dedica al cultivo del aguacate. ¿Tan mal deja la tele?
Qué va. Esto es un atavismo. Ya mi abuelo era agricultor en Echévarri. Y no hablaba castellano. Solo euskera. Yo me considero muy vasco, pero ahora no entiendo a mis paisanos.
¿Por qué?
Ha habido una metamorfosis y una metempsicosis, es decir, un cambio de espíritu. Muchos conceptos culturales y costumbristas se han modificado. Eso hace que yo ame mucho a mi tierra pero que no la reconozca. A Bilbao no le pongo cara.
¿Habla de una Euskadi más nacionalista?
Al margen de la política, yo he conocido una región difusa, no había frontera. Viniendo de Nueva York una vez contabilicé cuánto tardaba el avión en atravesar el País Vasco: seis minutos. Como diría Caro Baroja, cómo puede querer ser un país un lugar que se atraviesa en seis minutos.
¿Por qué le llamó a Loles León barriobajera?
Le dije que hay dos clases de mujeres: las ventaneras u observadoras y las callejeras, que son las que van a exhibirse. Y ella no se molestó en absoluto. Es una mujer muy larga.
Me da que viene usted de una televisión muy machista.
Qué va. Yo soy muy mujeriego, de los que arrojan la capa.
Peor me lo pone.
¿Por qué? También soy muy andaluz y no conozco un hombre más enamorado de las mujeres que el que las llama hembras. A mí me gustan las hembras arrabaleras, aunque suene mal. Y tengo reverencia por la mujer. Llevo 48 años casado con la misma. Para machistas, los de mi generación. Lo de Bilbao era tristísimo: hombres por un lado, mujeres por otro...
Vamos, que se fue de Bilbao para ligar.
No, no, je, je... Aunque mi generación ha tenido que ligar con extranjeras. La vasca es muy buena madre, pero esposa regular. Al menos, las de mi época.
Veo que no se cansa de provocar.
Yo más que provocador en la tele era muy independiente, porque al no tener hijos ni dificultades económicas podía hacer lo que me daba la gana. No tuve problemas económicos ni cuando era niño en Bilbao, porque ayudaba a misa. Me pagaban muy bien en las casas de la Gran Vía cuando iba con algún sacerdote.
¿Otra víctima de la pederastia?
Ah, bueno, sí. Pero no como monaguillo, sino en el cine. Aquello estaba lleno de maricones que aspiraban a tocarte. Lo que pasa es que los chavales de mi generación estábamos hechos ya a eso y nos cambiábamos de butaca. Con los curas nunca tuve el menor problema.
¿Quién tenía más ego bajo el flequillo, usted o Hermida?
La gente nos ha comparado pero no teníamos nada que ver. Éramos dos flequillos distintos, dos personalidades distintas...
Y un solo canal verdadero.
Ja, ja, ja... Exactamente. Yo creo que Hermida era más divo que yo. Él es un hombre atractivo, que encandila.
¿Le dice algo el pequeño Nicolás?
Son personajes eutrapélicos.
La tele está llena de ellos.
Por supuesto. Y a mi manera yo también fui un poco eutrapélico y un poco friqui. Me lo pedía el cuerpo. Aún hoy rezumo 'eutrapeliquez'.
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