![El PSE cambia de tesis y dice ahora que se "equivocó" al apoyar el 'fracking'](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/pre2017/multimedia/noticias/201412/18/media/cortadas/patxi-lopez--575x323.jpg)
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Octavio Igea
Viernes, 19 de diciembre 2014, 00:07
El PSE dio ayer un giro radical a su política energética y medioambiental. Del blanco al negro. Tres años después de que el lehendakari Patxi López anunciara a bombo y platillo un ambicioso -y costoso- proyecto para extraer gas en el subsuelo de Álava utilizando la hasta entonces desconocida técnica de la fractura hidráulica, los socialistas anunciaron ayer su oposición a su propio plan y a otros similares promovidos por empresas privadas que han ido surgiendo posteriormente en Euskadi en medio de una fuerte contestación social. «Nos equivocamos defendiendo el fracking», aseguró la parlamentaria Natalia Rojo durante el pleno que celebraba la Cámara de Vitoria. «Cada vez hay más informes en contra, más expertos, más dudas, más preocupación y más ciudadanos saliendo a la calle para protestar», añadió.
Aunque los primeros estudios para aplicar el fracking en el País Vasco se hicieron hace casi dos décadas, López fue el primero que habló públicamente del tema. En octubre de 2011, aprovechando un viaje oficial a Texas -una de las cunas de la fractura hidráulica-, el entonces lehendakari aseguró que cerca de Vitoria existe un descomunal yacimiento de gas a 2.000 metros de profundidad que podría satisfacer las necesidades energéticas de Euskadi durante 60 años. Un goloso hallazgo al que, aseguró, nadie se había planteado llegar hasta ese momento ante la falta de una técnica adecuada. El Gobierno vasco se alió con dos empresas norteamericanas e inició un proceso burocrático previo que aún sigue a medias.
Ayer en el Parlamento no tocaba hablar de ese proyecto, denominado Gran Enara, sino de otro algo más modesto que promueve una petrolera en la franja costera vizcaína que une Sopelana y Bermeo y de si deben ampliarse los controles medioambientales... Pero Natalia Rojo no quiso dejar pasar la oportunidad de hacer notar el cambio de postura socialista. Las dudas que genera el posible impacto del fracking hacen que el PSE opte ahora por desmarcarse de lo que antaño fue presentado como uno de sus planes estratégicos. También lo hace justo dos semanas después de que el rechazo social hiciera una demostración de poder: la Cámara vasca aceptó a comienzos de mes una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que llegó impulsada por la firma de 103.000 personas en la que se reclama la prohibición de la fractura hidráulica en el territorio. Los partidos con representación en el hemiciclo crearán una ponencia para debatir sobre el tema, aunque su ejecución o prohibición depende exclusivamente del Gobierno central.
Contradicciones
En lo que respecta al fracking, los grupos políticos vascos oscilan entre el rechazo frontal que mantiene EH Bildu desde el primer momento al sí de UPyD. El resto han ido moldeando su postura con el paso del tiempo e incurriendo en notables incongruencias: el PP defiende la apuesta por la fractura hidráulica pero su alcalde en Vitoria, Javier Maroto, se ha manifestado varias veces en contra. Firmó incluso la ILP. El PNV, que ha cogido las riendas del proyecto Gran Enara desde el Ejecutivo autonómico, también es partidario de los sondeos, pero no hace tanto que el portavoz jeltzale en el Ayuntamiento de la capital alavesa, Gorka Urtaran, pedía a la cúpula peneuvista que abandonara la «ambigüedad». Situada ya en el extremo opuesto a los nacionalistas, la socialista Natalia Rojo cargó contra el lehendakari, Íñigo Urkullu, al asegurar que durante la campaña electoral de 2012 se mostró «contra cualquier exploración o explotación si se no garantiza el cumplimiento de la normativa medioambiental», mientras «ahora es absolutamente pro-fracking».
Pero pese al esfuerzo de Rojo, las miradas del Parlamento vasco no se centraron ayer en Urkullu, sino en el golpe de timón socialista. «¿Qué credibilidad tiene el PSE si cambia de opinión cada tres años?», cuestionó Norberto Aldeiturriaga (PNV), quien insistió en que su partido «apoya la investigación sobre la existencia de hidrocarburos» siempre que se haga «con las garantías suficientes». «Tratan de responsabilizar al resto de sus contradicciones», añadió la popular Mari Carmen López de Ocariz, antes de lamentar que el revuelo generado en torno al fracking «se esté utilizando con la vista puesta en las elecciones de mayo». La próxima legislatura será definitiva en esta materia porque, si no hay más retrasos, se prevé que las primeras perforaciones puedan realizarse en Álava en 2019. El debate de la Cámara vasca también permitió al representante de EH Bildu Dani Maeztu reclamar que se multipliquen los estudios previos del impacto que puede tener la técnica. Y a Gorka Maneiro (UPyD) lamentar que se trate de prohibir la búsqueda de gas y su posible exploración antes siquiera de haber empezado con las primeras pruebas.
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