Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Isabel Ibáñez
Domingo, 7 de diciembre 2014, 01:53
Lo de cuello blanco es una traducción literal de la expresión anglosajona 'white collar', utilizada para abogados, ejecutivos, directivos... frente a los 'blue collar', los cuellos azules o, lo que es lo mismo, los currantes de toda la vida. Dos mundos. A pesar de que ... fue un aristócrata, el marqués de Queensberry, quien dictó en 1865 las reglas del boxeo, más propio en aquellos años de los 'gentlemen', con el tiempo los púgiles empezaron a cocinarse al calor de la necesidad en familias humildes, para escapar de una vida de pobreza y delincuencia. Pero el ciclo de la historia vuelve al punto de inicio y ahora son los hombres de negocios los que saltan al ring para liberar estrés, marcarse nuevos retos (a algunos ya no les valen las maratones) y superarse a sí mismos.
El boxeo de cuello blanco nació en el famoso gimnasio Gleason's de Brooklyn, en Nueva York, donde entrenaron Jake LaMotta, Mohamed Ali (Cassius Clay), Gerry Cooney o Mike Tyson. Su propietario, Bruce Silverglade, empezó a organizar en los años 80 esporádicas peleas entre sus clientes de alto 'standing'. Poco a poco se fue convirtiendo en costumbre y hoy es una práctica extendida por todo el mundo, en ocasiones como parte de eventos solidarios para recaudar fondos.
En España, aún está en pañales. El abogado Fernando Anaya, junto a su socio, el empresario Javier Pérez de Olacoechea, es el responsable de su introducción en nuestro país. "Nosotros no somos macarras, violentos ni marginales. Esto no tiene nada que ver con la película 'El Club de la Lucha', ni con una pelea de gallos, no es algo ilegal. Somos empresarios, directivos... y nos gusta el boxeo porque la descarga de adrenalina es insuperable. Puede sonar a elitista porque pretendemos que esto sea un club, un 'lobby' de gente interesante. Pero flexible, no vamos a pedir la nómina", explica Anaya, que lleva cinco años entrenándose. Su primer combate fue en 2011 en Londres, contra un ejecutivo ruso del petróleo. "Hoy es amigo mío. Porque también se trata de hacer contactos para tu trabajo".
Estuvo en EE UU y Gran Bretaña viendo cómo funcionaban allí para importar la idea. Y lo hizo en julio, en una velada llena de famosos, con cena y ambiente 'chill out' en el Hipódromo de Madrid, donde, además de peleas entre profesionales y aficionados, saltaron al cuadrilátero dos publicistas, seleccionados de los doce ejecutivos entrenados por el campeón mundial Javier Castillejo, el Lince de Parla. El combate terminó en 20 segundos, cuando uno de los contrincantes se lesionó la rodilla y tuvo que ser retirado en camilla. Son tres asaltos de dos minutos cada uno y hay que llevar casco para protegerse. Pese a ello, en junio murió en Nottingham Lance Ferguson-Prayogg, de 32 años; se desplomó cuando ya había abandonado el cuadrilátero.
La tragedia provocó que la Junta Británica de Control del Boxeo (BBBC) se posicionara contra esta práctica: "El boxeo de cuello blanco es peligroso. Estas personas reciben clases durante un cuatro o seis semanas; luego entran en el ring y pueden resultar heridas". A lo que Anaya responde: "En otros deportes también hay accidentes. No somos irresponsables, sino gente con la cabeza bien amueblada y mucho sentido común".
"Al boxeo no se juega"
Jaime Ugarte, conocido periodista experto en boxeo, considera que cualquier excusa es buena para fomentar este deporte. "Está bien que su práctica se extienda entre profesionales de alto nivel y también entre las mujeres. Hay mucha gente en los gimnasios liberando estrés con los sacos. Pero de ahí a considerarlo una competición boxeística... Éste es el único deporte al que no se juega. Se dice 'juego al tenis', 'juego al fútbol'... Pero no juegas al boxeo. Lo del cuello blanco está bien para esos ejecutivos que quieren liberar tensión, pero esto es una cosa muy seria". Anaya y su socio ya preparan la próxima temporada, para 2015, a través de su empresa, Youboxing, que tiene un programa de televisión en Teledeporte dedicado al boxeo en general (los interesados pueden escribir a info@youboxing.com).
Quién sabe si algún día Anaya se enfrentará a Frank O'Callaghan, conocido como 'El Tanque', el protagonista del reportaje fotográfico de estas páginas. Ni siquiera su embarazadísima mujer, que había salido de cuentas hacía diez días, consiguió que faltara a su cita con el ring. Este exsoldado, hoy ejecutivo de telecomunicaciones, solo lleva intercambiando ganchos unos meses, más intensamente desde que perdió a su padre. "Su muerte es parte de la razón por la que estoy aquí. Y he cumplido 45 años, así que tenía que hacer algo. El boxeo tiene una dinámica distinta a la de un maratón o triatlón, y lo estoy disfrutando". Tanto como para despertarse a las cinco de la mañana para ir a entrenar a Londres, a una hora de viaje desde su casa de Brighton. Los sacrificios merecen la pena con tal de practicar un deporte que le permite mantenerse en forma, afrontar un reto y desahogarse. O'Callaghan ganó esa noche a su adversario, el empleado del Lloyds Banking Group Nick Seto, apodado 'Suicidio', que abandonó la lona sangrando del labio. Pese a la victoria, 'El Tanque' tuvo que prometer a su esposa que el próximo reto será "menos violento". Todo cambia cuando uno es padre.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.