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Miriam Cos
Jueves, 3 de julio 2014, 01:33
¿Cuántas veces ha pensado en dar con el invento definitivo? ¿En cuántas ocasiones se ha llevado las manos a la cabeza con algunos de las invenciones millonarias que copan el mercado? Enric Bernat, allá por el año 1958, decidió insertar lo caramelos de siempre ... en un palo. De ahí salieron los famosos Chupa Chups, y más de cincuenta años después son conocidos en todos los rincones del mundo. Ahora, los ingresos millonarios de Bernat no tienen parangón. Aunque no es oro todo lo que reluce. Como el ya mítico Homer Simpson en uno de sus capítulos -en el que intentaba dar con una gran idea sin éxito-, hay cientos de personas que han creado artilugios dignos de museos de los horrores, y por ende, imposibles de vender ni al mayor de los 'frikis' de este mundo.
Desde extraños hierros para que te salgan hoyuelos en la cara, hasta cepillos de dientes con forma de maraca, sujeta perros sin ningún sentido, cepillos abrillantadores de cabezas, bicicletas anfibias, o pipas para dos. Ya sea porque sus funciones son completamente demenciales, o porque en el momento de su creación no era viable realizar el proyecto, hay un sinfín de cosas que se quedaron en proyecto. ¡Y menos mal! Ver carritos de bebés antigás por las calles de Bilbao sería todo un espectáculo!.
Aunque no siempre ocurre que los inventos absurdos caen en el saco de los olvidos. Pregúntenle a Boilen Scott, creador de la famosísima batamanta. La pieza que le ha llevado a la fama es totalmente antierótica. ¡Una manta con brazos! Pero ya ha coseguido unas ganancias de 200 millones de dólares. Eso sí, se gastó 10 de ellos solo en publicidad.
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