En topless por el mundo

Tiene más de 20.000 seguidores en Instagram, otros tantos en Facebook, y cada vez más adeptos entre sus filas. Ni selfie, ni belfie, ni sexfie... El 'topless viajero' se ha puesto de moda y es imparable. A través de 'The topless tour', cientos de mujeres, y algún hombre que otro, se retratan mostrando su torso desnudo al horizonte. Los paisajes, en general de lugares impresionantes a los que ir de vacaciones, son enmarcados por cuerpos femeninos semidesnudos en su mayoría con los brazos abiertos y una sensación de libertad. Aunque no podamos ver más que las espaldas y traseros de las protagonistas, los sentimientos llegan a traspasar las fotografías, que copan la cuenta de Instagram de la sorpresiva iniciativa.

Todo comenzó en un viaje entre tres amigas londinenses. Olivia Edginton, Lydia Buckler e Ingvild Marstein Olsen, estudiantes de danza, decieron retratarse después de darse un baño sin sujetador en un lago helado del pueblo de Olsen, en Noruega. Querían mostrar a sus seguidores el momento de libertad que estaban viviendo, y así lo hicieron. Una acción espontánea que provocó que las jóvenes repitiesen la idea en cada lugar de vacaciones que visitaban, animando a la gente a hacer lo mismo en sus viajes. Dicho y hecho. Pocos meses después la iniciativa se ha convertido en una auténtica moda en la que incluso nos podemos encontrar alguna imagen masculina.

En la playa, en el campo, en la nieve, el mar o en la mismísima ciudad de Hong Kong. Los sugerentes retratos copan las redes sociales con un único pretexto: "Unir a todas las mujeres del mundo en un sentimiento de libertad y poder compartir la belleza de sus cuerpos". Así lo describe la página de Facebook dedicada a recoger las fotografías. "Nunca imaginamos que tendría tal alcance y reconocimiento mundial", explicó Edginton en un medio británico. "Queríamos que se pusiera de moda, pero nunca pensamos que realmente pasaría".

Pero los objetivos de tan curiosa práctica han llegado más allá de una fotografía sugerente. Las tres jóvenes han podido escuchar las historias vividas por las protagonistas. "Se sienten ellas mismas de nuevo, enorgullecidas de quiénes son y en armonía con sus preciosos cuerpos", dijo Edginton. Las mujeres realizan una especie de grito a la libertad a la hora de despojarse de sus camisas y sujetadores mostrando su cuerpo al bello paisaje que las rodea. Según ellas, "la presión y los complejos desaparecen".