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Yolanda Mosquera (Amurrio, 1973) llegó tarde al mundo de la ilustración, «cuando ya tenía 35 años», pero desde entonces, su evolución ha sido asombrosa. Su formación universitaria en Bellas Artes la encaminó primero hacia el diseño gráfico, hasta que decidió dejarlo y dedicarse profesionalmente al ... dibujo, el 'collage', la creación manual y la creatividad. Esta vecina de Amurrio logró sus primeros triunfos como diseñadora de originales carteles de fiestas que observa con lejanía, porque el camino recorrido desde entonces le ha permitido descubrir nuevas los texturas, avanzar como creadora y obtener el Premio Euskadi de Literatura en la modalidad Ilustración del año pasado por su trabajo en 'La pequeña Roque'.
Fruto de este éxito, ha llegado la exposición que inaugurará mañana en Amurrio, en la que se podrá ver el trabajo que ha realizado durante la última década. Ahora, ha llegado el momento de compartir con quienes tiene más cerca todo lo que ha aprendido en este tiempo. «He notado una evolución muy fuerte en los últimos años, pero siento que ahora empiezo una nueva etapa», asegura. Su inquietud por seguir creando se traduce en una exposición con 19 proyectos y cerca de 70 ilustraciones que repasan su trayectoria profesional y personal. La muestra se inaugurará mañana a las ocho de la tarde con una visita guiada por la propia autora. «He planteado la exposición como una forma de mostrar el trabajo del ilustrador, que está muy de moda, pero la gente no termina de entender que vivimos de hacer dibujos».
En el recorrido por la muestra se puede apreciar el enfoque de Mosquera, que aspira a ofrecer «una visión del trabajo del ilustrador» explica. De ahí su título, 'Ilustración: Arte y Oficio', con la que explica los aspectos creativo, manual y artesano de su trabajo. En la exposición, que estará abierta en la Casona de Amurrio hasta el quince de febrero, se muestran algunas de sus primeras obras. «Ya los hacía con mucho cariño, soñaba que igual algún día los expondría».
Desde que comenzó su andadura profesional como ilustradora, Mosquera ha experimentado con «una larga serie de soportes materiales, desde vinilo a papel pintado. También he realizado ilustración editorial, para libros y prensa y en la última fase, estoy enfocada en proyectos personales para mostrar esa faceta de mantener la creatividad viva». Esos proyectos personales, alejados de los encargos, «son los que más me ayudan a crecer y experimentar». En la muestra se pueden ver algunos. «Me gustan porque es donde se pueden ver las texturas. Uso mucho el 'collage' y hay piezas cosidas a mano, en las que se puede apreciar el cambio de texturas y el uso de los materiales».
La trayectoria de la amurriana está llena de proyectos. Algunos ya han visto la luz como el cartel con el que se anunció la última edición de la vuelta ciclista al País Vasco, la Itzulia 2019. Con su trabajo se recuperó la tradición anterior a la Guerra Civil de realizar encargos de este tipo a los artistas vascos a la hora de promocionar la competición. Mosquera dejó el listón muy alto con su representación del dragón Sugaar, una figura de la mitología vasca salpicada de colores en los que se puede identificar a un pelotón ciclista, que recorre las montañas.
La exposición incluye un interesante taller sobre la técnica del estarcido con polvo de grafito, que es la que usó la autora para ilustrar el libro con el que ganó el premio Euskadi de Ilustración. «La técnica es antigua, pero cuando la descubrí, me abrió la posibilidad de dotar a los dibujos de la gestualidad que quería. Fue como una inspiración divina», explica. El taller está orientado a adultos y se impartirá el jueves 23 de enero a las seis de la tarde en la sala de exposiciones de La Casona durante dos horas.
Los asistentes podrán echar mano de su imaginación y emular los resultados de la autora en 'La Pequeña Roque', de Guy de Maupassant, donde cambió el colorismo de sus trabajos anteriores por el blanco y negro para enmarcar un proyecto atractivo, pero señalado por la maldad que se traduce de la lectura del libro, que recoge la violación y asesinato de una niña. Mosquera encontró en el estarcido con polvo de grafito la manera de ilustrar la historia con el clima que buscaba para resaltar lo bello frente a lo macabro.
El premio Euskadi de Ilustración ha visto reconocido el talento que ya antes había despuntado en Emiratos Árabes con una mención de honor en el festival de ilustración del país con el libro 'Caballitos de sal' (2013) y dos premios Peru Abarka con 'ABCD Berri bat' (2011) y 'Beroki gorria' (2016). Su trabajo también ha sido reconocido en concursos internacionales en Lisboa, China, Corea y México.
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