Cómo es el gobierno a la valenciana, el mantra de Pablo Iglesias

El "Pacto del Botánico", como se bautizó al acuerdo programático entre esos tres partidos para un Gobierno valenciano de izquierdas que puso fin a veinte años de hegemonía del PP y que se firmó en el jardín del mismo nombre, llegó menos de tres semanas después de la celebración de las elecciones autonómicas del 24 de mayo.

No obstante, el inicio de los contactos oficiales entre los partidos tardó unos días en llegar, pues primero se dedicaron a paladear un resultado de las urnas en el que, aunque el PP había vuelto a ser el más votado, sus 31 diputados quedaban en minoría si se sumaban los 23 del PSPV, los 19 de Compromís y los 13 de Podemos.

El objetivo era lograr sumar esos 55 diputados que superaban la mayoría absoluta en unas Corts Valencianes compuestas por 99 miembros, aunque sin perder de vista a Ciudadanos, que con sus 13 diputados fue también tanteado al inicio del proceso por si acaso no lograba cuajar el acuerdo entre socialistas y Compromís.

A instancia de Podemos

Ocho días después de los comicios, a instancias de Podemos, se sentaron por primera vez los candidatos a la presidencia de la Generalitat del PSPV, Ximo Puig, de Compromís, Mònica Oltra, y de Podemos, Antonio Montiel, y empezaron a hablar de los ejes básicos programáticos sobre los que una comisión negociadora debería trabajar.

Mientras se trabajaba en los contenidos, y mientras parecía que Puig y Oltra no encontraban momento para reunirse -hasta el 8 de junio no tuvieron el primer encuentro "informal"-, no faltaron declaraciones públicas como las de Oltra, quien alertaba sobre quienes querían cambiar el "cromo de la presidencia", que era el importante, "el de Messi", por el del "Coyote".

Además, la noche del 8 de junio la dirección del PSPV anunció que el pacto de gobierno estaba "en serio riesgo" si Compromís no renunciaba a presidir la Generalitat, y al día siguiente daba por rotas las negociaciones al sentirse "insultados" por la postura de la coalición, que calificó de "prueba de fuerza" la actitud de los socialistas.

Sin embargo, la constitución de las nuevas Corts el 11 de junio, con un acuerdo para que en la Mesa estuvieran representados todos los grupos parlamentarios, facilitó la reanudación de unas negociaciones que nunca se rompieron definitivamente, y esa misma tarde se firmó entre los tres partidos el Pacto del Botánico.

Un gobierno paritario: la otra clave

Superada la fase del "qué" -con un texto con cinco ejes de actuación para el futuro Ejecutivo, el primero de los cuales era rescatar personas-, comenzó la del "quién", y al día siguiente Compromís propuso un Gobierno paritario presidido por Puig, con Oltra de vicepresidenta y portavoz.

Según esa propuesta, el PSPV ocuparía cuatro Consellerias, Compromís otras cuatro, y Podemos dos, mientras que el denominado "segundo escalón" de la Administración autonómica debería ser "mestizo", con un organigrama propuesto por los partidos firmantes.

Podemos renunció a estar en el Ejecutivo, con lo que esas dos Consellerias pasaron a ocuparlas independientes, y ofreció un apoyo "crítico" en Les Corts.

Este apoyo "crítico" supuso que en la sesión de investidura, celebrada el 25 de junio -32 días después de los comicios-, Puig contara con los votos justos (50) para ser elegido en primera vuelta, ya que ocho diputados de Podemos votaron a favor del socialista mientras que los otros cinco parlamentarios del grupo liderado por Antonio Montiel se abstuvieron.

Desde entonces, el Ejecutivo bipartito ha aplicado su hoja de ruta con el apoyo en Les Corts de Podemos -que no obstante se ha desmarcado en dos ocasiones del voto del PSPV y de Compromís-, en una "vía valenciana" que definen como "liderazgos compartidos" y una una acción de gobierno "plural".