Insultos y expulsiones en el Parlamento vasco a consecuencia de una moción sobre los sucesos del 3 de marzo

El momento más tenso de la jornada se ha producido cuando el parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga ha leído algunas frases del que fuera presidente del PP y ministro de Gobernación en el momento de los hechos, Manuel Fraga Iribarne. El representante de la izquierda abertzale ha mencionado el sabotaje registrado en los últimos días contra la escultura que recuerda a los obreros fallecidos, que apareció pintada con los colores de la bandera española y con pegatinas de grupos falangistas. Arzuaga se ha referido a Iñaki Oyarzábal y Carmelo Barrio y ha asegurado que los ataques contra los monolitos son «expresiones de una misma realidad política», de una «idéntica sensibilidad política» y «piezas del mismo puzzle».

Previamente, Arzuaga había asegurado que el PP carece de cualquier «atisbo de humanidad». Con respecto a la solidaridad que a lo largo del debate los populares habían mostrado con las víctimas, el miembro de EH Bildu había asegurado: «Esas falsas palabras que usted nos trae de solidaridad y de condena sin ningún tipo de hechos, sin ningún tipo de consecuencias, nos parecen que no son más que hipocresía y cinismo».

Tras escuchar las alusiones a la Falange, la secretaria general del PP vasco, Nerea Llanos, se ha dirigido a Arzuaga que condenara el terrorismo de ETA. El Parlamento ha sido escenario entonces de un confuso intercambio de gritos y descalificaciones. El representante del PP Javier Ruiz de Arbulo, que se ha dirigido a Arzuaga llamándole «terrorista», ha sido recriminado por la presidenta de la Cámara, Bakartxo Tejería, quien le ha pedido que retire su acusación. Ruiz de Arbulo ha accedido, pero en ese momento ha intentado tomar la palabra el representante de UPyD Gorka Maneiro. Tejería, elevando el tono, le ha exigido en varias ocasiones que se calle, dirigiéndose exclusivamente en euskera, y la ha advertido de que si no lo hacía sería expulsado. Finalmente Tejería le ha gritado «¡Kalera!» y le ha expulsado de la Cámara vasca. Segundos después, toda la bancada popular se ha marchado del hemiciclo, aunque ha regresado minutos más tarde para participar en la votación. Esta formación ha presentado dos escritos de queja contra la actitud de la presidenta del Parlamento por su actuación a lo largo de la sesión.

La tensa discusión se ha producido en el momento en el que se debatía un texto pactado por el PNV y el PSE a partir de una proposición no de ley presentada por la coalición soberanista sobre los sucesos del 3 de marzo. El PP había solicitado que se votase por puntos y no una única propuesta, ya que no apoyaba la crítica a la inacción de la Justicia española en la investigación para aclarar las muertes del 3 de marzo que aparecía en el documento transado. EH Bildu ha rechazado esta opción. Finalmente, la moción ha salido adelante con los votos de todas las formaciones salvo UpyD, cuyo único representante ya había sido expulsado. En la propuesta aprobada, la Cámara de Vitoria se ha solidarizado con las víctimas y los familiares de la «masacre» y ha proclamado la necesidad de un reconocer sin «discriminación o escalonamiento» para las víctimas de vulneraciones de derechos humanos producidas por agentes del poder público. Asimismo, se denuncia la «inacción» de la Justicia, a la que ha demandado que asuma la normativa internacional sobre derechos humanos y que investigue los «terribles sucesos».

El Parlamento vasco ha exigido también al Gobierno español que otorgue a las víctimas del 3 de marzo el reconocimiento y la reparación que les corresponde y al Gobierno vasco que siga materializando el derecho de esas víctimas. Durante el debate han estado presentes en el hemiciclo miembros de la Asociación 3 de marzo.