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Cataluña, la historia de un dislate

Diez años más tarde de la aprobación del nuevo Estatut por el Parlament, con 'seny' fuera de combate, el despropósito político en Cataluña alcanza niveles impredecibles

José Manuel Bujanda Arizmendi

Jueves, 12 de noviembre 2015, 02:57

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero no fue todo lo valiente que pudiera haberlo sido y no pudo, o no quiso, o lo más probable es que fuese una mezcla de las dos posibilidades, cumplir la promesa que le hizo a Pascual Maragall en campaña ... electoral en Barcelona de respetar lo acordado por el Parlament de Cataluña. No respetó ni cumplió lo prometido, a pesar de haber logrado el nuevo Estatut, un 30 de septiembre de 2005, el sí de una abrumadora adhesión, el apoyo del 90% del Parlament. Pero Rodríguez Zapatero no fue fiel a la palabra dada, quizás debido también a que en ese momento no pasaba por su cabeza la posibilidad razonable de ganar las elecciones generales en marzo de 2004. Grave incumplimiento de la palabra dada, desprecio a una decisión adoptada legítima, libre, masiva y democráticamente por el Parlament de Cataluña. Un Estatut que suponía ciertamente un muy claro avance con respecto al del 1979, un avance incontestable reconocido.

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