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María Rego
Lunes, 26 de octubre 2015, 11:32
La entrada en la rutina tras las vacaciones estivales no ha resultado precisamente tranquila para Podemos. Y no sólo porque, como el resto de grupos, se han visto arrastrados por el frenético funcionamiento diario de las instituciones con el añadido de estrenarse en las principales entidades del territorio tras el 24-M, sino porque la formación asiste, además, a su primer gran choque entre representantes en Álava. La grieta se abrió a finales de septiembre, en concreto, el lunes 21, con el círculo Este que agrupa a los barrios de Salburua y Aranzabela como escenario. En aquella sesión, y tal y como recoge el acta pública del encuentro, el secretario general del consejo ciudadano de Vitoria, Fernando Iglesias, acusó al grupo juntero de haber cometido "fraude económico" con el dinero que los procuradores perciben de la Cámara alavesa.
Sus palabras quebraron la sintonía existente en el partido de los círculos y, de hecho, según ha podido saber EL CORREO, varios junteros están decididos a tomar "las medidas oportunas" contra Iglesias para aclarar la situación y poner freno a una "grave" acusación que niegan en rotundo. El líder de la formación en la capital vasca, elegido a principios de año con un respaldo del 54,30%, informaba en su intervención sobre diferentes asuntos de la organización en Vitoria cuando señaló que el grupo en las Juntas Generales cuarta fuerza del territorio, por delante del PSE "retiene el dinero correspondiente a éste derivado de los resultados electorales". "Se niegan a entregarlo para su reparto entre los consejos ciudadanos autonómico, municipal y estatal", reiteró.
Los procuradores, sin embargo, le han explicado que la cantidad reclamada en torno a 70.000 euros correspondientes a parte de junio, julio, agosto y septiembre se encuentra ya en los fondos de Podemos. Porque a la espera de que la formación juntera dispusiera de su propia cartilla en una banca ética, remitieron el dinero, primero, a la cuenta estatal del partido y, después, a la autonómica. Iglesias eludió dar explicaciones a este periódico sobre el asunto que ha roto la calma en el partido envuelto recientemente en otro debate por la decisión de varios miembros de acudir hace una semana a la manifestación para reclamar la excarcelación de Arnaldo Otegi aunque reconoció la existencia de "un problema interno que tenemos que resolver".
«Sin intención de acusar»
En la misma acta de la reunión de la polémica solicitó que se adjuntara, como así se hizo, una "aclaración" de sus palabras en la que afirma que no comentó que se hubiera producido un fraude "económico" y que su "intención en ningún caso es acusar al grupo de cometer ninguna ilegalidad, sino evidenciar que me sentía defraudado por la falta de ayuda en cuanto a recursos humanos y económicos". Pero este anexo a modo de petición de disculpas, que dice haber trasladado a los señalados, no ha calmado los ánimos entre sus compañeros de partido en las Juntas Generales.
Por ahora, el primer paso que procuradores de Podemos darán para no dejar duda alguna sobre su actuación en esta materia será llevar el conflicto hasta la Comisión de Garantías Democráticas que la formación posee a nivel nacional.
En este camino puede quedar tocada la figura de Iglesias, cuya dimisión ya han reclamado algunos militantes. El motivo no es sólo la discusión sobre el destino del dinero recibido de las Juntas Generales, ya que el malestar deriva también de sus reuniones con integrantes de Ezker Anitza. La "norma" de Podemos es que a los encuentros acudan siempre, al menos, dos personas del partido y "en un par de ocasiones", critican algunos compañeros, acudió en solitario.
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