La mano derecha (o izquierda) de Lazcoz

Berrocal había entrado en política siete años atrás, mientras ETA ponía a representantes institucionales en su punto de mira, recuerda la edil. «Nunca me he escondido. Soy una persona libre y desde esa libertad he decidido presentarme», explicaba entonces, consciente de que el PSE arrastraba y arrastra hoy más aún una importante quiebra interna en Álava.

Berrocal la primera en postularse como aspirante sin etiqueta (ni del sector oficial no de crítico) en un movimiento que dejó premeditadamente fuera de la carrera hacia el Ayuntamiento a su compañero en el grupo municipal, Patxi Lazcoz, de quien fue mano derecha (o izquierda, por mantener el mensaje con el que ha hecho su precampaña) cuando ocupó la Alcaldía -asumió la concejalía de Juventud, Cultura y Relaciones Ciudadanas- y también después, cuando Lazcoz permaneció como pieza clave del grupo y azote del alcalde Maroto al pasar a la oposición. Como se recordará, el exregidor Lazcoz anunció hace algunos meses su salida definitiva de la política cuando finalice esta legislatura, en parte lastrado porque ya se desmarcó de la línea oficial del PSE en el último congreso y ninguno de los dos sectores pareció contar con él para el futuro.

Maite Berrocal, que trabajó antes en el Gobierno vasco y en el Instituto Foral de Bienestar Social, no ocultaba que se iba a presentar para «ganar» y desde diciembre arrancó una campaña publicitaria en la que se acentuaba su perfil izquierdista para pujar por el voto que le amenaza con robar Podemos o sus candidaturas afines. "Maite Berrocal no ha salido bien en la foto porque esta demasiado a la izquierda", decían algunos de los anuncios. Al parecer, de escorarse tanto, ha terminado por quedarse fuera del encuadre.