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¿Quién lo tiene más largo? (El dedo, claro)

Con su golpe de mano en el PSOE de Madrid, Pedro Sánchez irradia autoridad a costa de contradecir la democracia interna de la que tanto presume ante el PP

Manuel Arroyo

Viernes, 13 de febrero 2015, 01:52

La falta de democracia interna es uno de los grandes lastres de los partidos. En España y también en Euskadi. Una asignatura pendiente desde la Transición, aún sin aprobar en pleno siglo XXI.

Aunque se trata de una carencia generalizada en todo el arco parlamentario, ... justo es reconocer que con sus contradicciones internas, patinazos y marchas atrás, el PSOE es quien más pasos ha dado en el cumplimiento de un mandato constitucional que, en la inmensa mayoría de los casos, ha quedado reducido a simples formalismos. Con sus limitaciones e imperfecciones, que seguramente las tuvo, el proceso entre las bases socialistas en el que Pedro Sánchez resultó elegido secretario general es lo más parecido a un ejercicio de sana democracia que se recuerda en las últimas décadas en ninguna fuerza política.

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