El PSOE promete ampliar los datos sobre los viajes de sus diputados

Los socialistas son conscientes de que el acuerdo al que llegaron con el PP para introducir un mecanismo de control sobre los viajes de los parlamentarios ha dejado insatisfecha a buena parte de la opinión pública y que, incluso en el seno del partido, hay un malestar palpable. De ahí que ahora intente corregir el tiro. No lo tiene fácil porque entre sus propios miembros el debate es intenso.

De un lado están los que, como el líder de los socialistas valencianos y responsable de Regeneración democrática en la ejecutiva de Pedro Sánchez, Ximo Puig, quieren máxima transparencia. Él mismo ha solicitado a la cámara el desglose de su gasto en viajes para poder darles publicidad. Y otro tanto han hecho los diputados extremeños Ignacio Sánchez Amor, Leire Iglesias, Marisol Pérez y Pilar Lucio. De otro lado, están los que creen que hay que mantener un margen de discreción para que los diputados puedan realizar su trabajo sin interferencias.

La dirección del grupo parlamentario ha optado por una decisión salomónica. «El acuerdo fue un paso positivo y lo respetamos -defendió a media mañana de este miércoles su portavoz, Antonio Hernando-, pero somos sensibles a las opiniones de los ciudadanos y no nos duelen prendas en decir que vamos a ir más allá. Vamos a enriquecer el informe socialista para que no haya dudas de que cada euro que se gasta en desplazamientos es un euro bien invertido».

El acuerdo en cuestión, recogido en una resolución de la presidencia del Congreso que afecta a todos los grupos y al que también se ha sumado el Senado, sólo obliga a las cámaras a publicar una vez al trimestre el montante total de lo que destina a viajes, sin más especificación que la cuantía correspondiente a desplazamientos a la circunscripción o al lugar habitual de residencia de los diputados, desplazamientos a otras circunscripciones para «realizar actividades de naturaleza política, sectorial o de representación institucional», o viajes organizados por el propio Parlamento.

A eso se añade que, a partir de ahora, los grupos parlamentarios tienen que informar a la dirección de Recursos Humanos del Congreso y a Gobierno Interior (y lo mismo en la Cámara alta) de que el viaje fuera de la circunscripción cuenta con su aval. Es decir, que el diputado no podrá solicitar sin más un billete a la agencia de viajes, como hacía hasta ahora, sino que necesitará que su partido se lo justifique. Y si no hay justificación tendrá que devolver el dinero.

Sin criterio

Lo que no hay es ningún criterio objetivo ni ninguna regla escrita que determine qué es y qué no es un viaje inadecuado. En general, el Congreso suele hacerse cargo de los desplazamientos de los diputados a actos de sus partidos y la mayor parte de los grupos defiende que así sea a pesar de que podría considerarse una financiación paralela de las formaciones políticas.

Hay casos dudosos. El propio secretario general del PSOE, por ejemplo, presumía de haber recorrido 30.000 kilómetros en siete meses para visitar las agrupaciones del partido cuando presentó su candidatura a las primarias internas que se celebraron en julio. Dada la opacidad del sistema empleado hasta ahora, y puesto que no hay ninguna intención de ofrecer información de manera retroactiva, no hay manera de verificar si todos ellos los pagó el Congreso. Claro que, oficialmente, eran en su mayoría desplazamientos pensados para dar a conocer el documento aprobado por los socialistas en su Conferencia Política, de la que fue coordinador.

Los socialistas sostienen, aún así, que será fácil detectar a partir de ahora casos sospechosos en sus filas porque también harán pública casi toda la agenda de sus parlamentarios y eso permitirá cotejar datos.