ramón gorriarán
Lunes, 28 de julio 2014, 00:48
Convergència Democrática de Catalunya ha decidido repudiar al padre. De las tibias palabras iniciales de Artur Mas de que la confesión de Jordi Pujol sobre su dinero negro era un asunto «privado, particular y familiar», el partido ha pasado a hablar de «refundación» de la ... organización y a la exigencia de «explicaciones» al expresidente ante los órganos directivos. El PP, entretanto, aprovechó el estado de 'shock' de los convergentes para pedir una comisión de investigación en el Parlamento catalán sobre el dinero negro de Pujol.
Publicidad
Fue en 1974, en Montserrat, cuando el entonces joven nacionalista lideró la fundación de Convergéncia, una organización que se convirtió en partido en 1976 encabezado por Pujol y con Miquel Roca como segundo. En 1978 vino la coalición con Unió. Estas acreditadas credenciales históricas y sus 23 años, entre 1980 y 2003, al frente de la Generalitat de Cataluña no van a ser suficientes para evitar que Convergencia reniegue de su presidente fundador. «Cataluña está por encima de cualquier persona, por muy importante que haya sido», sentenció el nuevo número dos del partido, Josep Rull, sustituto del dimitido Oriol Pujol, imputado por corrupción en el 'caso de las ITV'.
El socio mayoritario de CiU atraviesa una crisis importante y la confesión de Pujol puede haber sido la puntilla, admiten dirigentes del partido que atribuyen la moderada reacción de Mas a su posición institucional y a sus estrechos vínculos con el expresidente. Rull dejó muy claro en una intervención en la escuela de verano de las juventudes del partido que «la nueva dirección de Convergencia está decidida a refundar el partido». Aunque es «triste cerrar así» una etapa muy fructífera para el partido, prosiguió, hay que hacerlo.
El nacionalismo catalán ha perdido apoyos en las urnas a medida que profundizaba en el independentismo, como pudo comprobar CiU en las elecciones autonómicas de 2012, en las que perdió 12 escaños respecto a los comicios de 2010, en los que se presentó sin un programa soberanista. Las encuestas posteriores aventuran un retroceso aún mayor y pude ser de dimensiones majestuosas por el impacto de la confesión de Pujol y las sombras de corrupción que sobrevuelan sobre su familia.
Hasta el recién elegido secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, censuró sin citarlo por su nombre el comportamiento de Jordi Pujol en su primer discurso como líder de su partido. «Qué hipócrita el patriotismo de quienes cuando tienen que elegir entre patria y patrimonio eligen patrimonio y se lo llevan a un paraíso fiscal». Fue la única alusión en el cierre del cónclave que el PSOE celebró en Madrid al dinero negro que el expresidente de Cataluña confesó tener en paraísos fiscales durante 34 años. En la jornada inaugural, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, dijo sentir «una profunda decepción» y aventuró que pasará mucho tiempo para que los catalanes superen el trauma. La también dirigente socialista catalana y exministra de Defensa, Carme Chacón, reclamó a Pujol que diera «urgentes explicaciones a los millones de catalanes que crecimos con él» como presidente de la Generalitat .
Convergencia, sin embargo, no se limita a la refundación quiere que su presidente fundador pase por el difícil trago de dar «explicaciones» al partido. «Nosotros pediremos que las dé», anunció el coordinador general de Convergencia, un partido, dijo, que está sumido en «la tristeza y la decepción» por la conducta de su líder histórico.
Publicidad
Sin pensión
Si los convergentes quieren que Pujol se explique en su casa política, el PP quiere que pase por el amargo trance de hacerlo ante el Parlamento de Cataluña. La presidenta de los populares catalanes, Alicia Sánchez-Camacho, reclamó una comisión de investigación en la Cámara autonómica para que comparezca el expresidente de la Generalitat porque debe unas explicaciones «al pueblo de Cataluña» por su «engaño histórico». Una demanda que si Esquerra Republicana no lo remedia tiene muchos visos de hacerse realidad porque CiU en solitario con sus 50 votos no la podrá impedir. Los republicanos, de momento, callan.
Otro de los partidos del frente soberanista, Iniciativa per Catalunya, exigió que se retiren las prerrogativas que tiene Pujol como exgobernante porque ha demostrado «no ser merecedor» de ellas. El secretario general de Iniciativa, Josep Vendrell, consideró que es «evidente» que no puede ser tratado como «honorable sino todo lo contrario». Pujol cobra por ser expresidente de Cataluña en torno a 115.000 euros anuales, y dispone de una oficina de más de 400 metros en el céntrico Paseo de Gracia de Barcelona con cuatro ayudantes.
Publicidad
Más allá de los movimientos políticos, la situación judicial del expresidente puede complicarse. El seudosindicato Manos Limpias va a presentar hoy una denuncia contra él en la Audiencia Nacional.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.