Muñecas mutiladas, enfermos de peste o tumbas de deportados: las islas más tenebrosas

Ya sea por la historia que tienen detrás, por las leyendas que se cuentan de ellas o porque simplemente ponen lo pelos de punta, hay islotes en el mundo que han quedado relegados a lugares que observar desde la distancia

Miriam Cos

Miércoles, 16 de julio 2014, 13:55

Sus costas esconden leyendas e historias que pasan de generación en generación. Son lugares que te ponen los pelos de punta según los pisas, cargados de misterios aún sin resolver. La muerte es la principal elegida para morar en sus casas y campos, y las ... personas de la zona no quieren ni mirar hacia ellas. Hay islas en el mundo abandonadas a su suerte por haber acogido sucesos terribles: ser el lugar donde masacrar a enfermos de peste bubónica, servir como gueto para los deportados del régimen estalinista o estar decoradas con miles de muñecos mutilados colgados de los árboles. Te presentamos los cinco islotes más tenebrosos del mundo.

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Poveglia, Venecia

Situada entre Venecia y Lido, esta isla por la que cruza un canal está fuera del alcance de visitantes. Hasta el siglo XVI fue refugio de la gente de Padua y del Este que huía de las invasiones bárbaras. Más tarde se crearía una fortificación con motivo del ataque a Venecia por parte de una flota genovesa. Pero sería durante la Edad Media cuando comenzara el terrible pasado que la precede. Con la llegada de la peste, que acabó con gran parte de la población europea, cada muerto por la infección, enfermo, o sospechoso de estarlo fue deportado al lugar para acabar sucumbiendo en enormes fosas comunes que luego eran quemadas para purificar. Hasta 1.000.000 de personas murieron dentro de las costas de Poveglia.

Ya en la década de los 30, con la intención de que el lugar volviese a ser habitable, se creó un hospital psiquiátrico. Los enfermos no tardaron mucho en dar la voz de alarma, y es que aseguraban que decenas de fantasmas recorrían la zona y tocaban las campanas. Leyenda que hizo mella en los venecianos. Además, el director del psiquiátrico experimentó con los pacientes, y finalmente también se volvió loco.

Las historias que rodean el islote no acaban ahí, y es que la realidad, sumada al talento para inventar historias de los marineros, han provocado que Poveglia parezca haber sido testigo mudo de un sinfín de sucesos extraños. Según cuentan, una familia se hizo con la propiedad del lugar, pero solo duró una noche allí. Dicen que sufrieron un extraño suceso en el que una de las hijas acabó con 14 puntos en la cara. Aunque la realidad es que el pasado marzo salía la noticia de que el Gobierno italiano vendía la propiedad dando una concesión de la isla y sus edificios durante 99 años.

Nazino, Siberia

A unos 800 km al norte de Tomsk, en el distrito Alexandrovsky, cerca de la confluencia entre los ríos Ob y Nazina, se encuentra este islote donde miles de personas sucumbieron en el verano de 1933. Conocida como la 'isla de los caníbales', durante la deportación de los kulaks en el comunismo de Stalin, más de 6.000 personas fueron enviadas a Nazino, de las que 4.000 murieron en menos de cuatro semanas. Los campesinos más ricos eran un problema para el presidente ruso, que pretendía socializar todas las zonas del país, y que decidió que serían fusilados o enviados a Siberia y despojados de sus propiedades, dependiendo de la categoría en la que se encontrasen.

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"Los elementos obsoletos" -como Stalin denominaba a los campesinos- fueron enviados a la isla desprovistos de comida, abrigo o cobijo. La primera noche que llegaron nevó, lo que provocó la muerte de 4.000 de las 6.000 personas que allí se encontraban. El resto, famélicos por no tener nada que llevarse a la boca, decidieron comerse a los muertos -y en alguna ocasión a personas aún vivas- para poder sobrevivir. De ahí su tétrico apodo.

Hashima, Japón

Hashima, a 20 kilómetros del pueblo de Nagasaki, no sufrió tan terrible destino. En 1890 Mitsubishi compró la isla para su explotación, y estuvo cien años allí. A principios de los 60, el islote era uno de los más poblados del planeta, pero esto no evitó que quedase abandonado poco más de diez años después, cuando las explotaciones de carbón ya no sirvieron. Así, quedó un paisaje desolado de edificios fantasmas y esqueletos de hormigón que con el paso del tiempo ha dejado a la vista un escenario tétrico que pone los pelos de punta.

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Pese a todo, el islote ha sido utilizado para algunas producciones cinematográficas como 'Battle Royale II: Réquiem', o 'James Bond, Skyfall'. Desde el año 2009 una parte de la isla está habilitada para la visita de turistas. Ahora solo faltan algunas leyendas de adorno y puede convertirse en uno de los lugares más temidos de Japón.

Palmyra, Hawai

Es la única zona dependiente de los Estados Unidos en la que no hay leyes con respecto a cómo se debe gobernar, aunque en realidad no hacen falta, ya que lleva deshabitada desde la época de los 70, cuando los militares que se encontraban allí se marcharon. Y es que desde la Segunda Guerra Mundial la isla acogió a marines estadounidenses. Se crearon algunas carreteras, e incluso una pista de aterrizaje de dos kilómetros, pero las constantes desgracias que acontecieron allí llevaron a su abandono.

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Varios marines murieron intoxicados al comer pescado de sus aguas. Además, dicen que en sus costas los tiburones mataban a entre dos y cinco personas por mes. Esto, sumado a las fantasmales leyendas que se contaban del islote hicieron que quedara deshabitado. Ahora, está reservado a 'The Nature Conservancy', que le da un tratamiento de reserva natural.

Isla de las muñecas, Xoxhimilco, México

Pese a ser en la actualidad una atracción para los numerosos visitantes que se congregan allí cada día, la Isla de la Muñecas, ubicada en la delegación de Xoxhimilco, en el Distrito Federal de México, es uno de los lugares más escalofríantes del mundo. Cientos de muñecos mutilados moran colgados de los árboles y la vegetación para sorpresa y horror de los visitantes.

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Según cuentan, un hombre llamado Julián Santana Barrera vivió en la isla durante más de cincuenta años. Aseguraba ser perseguido por el espíritu de una mujer que se ahogó en las orillas de la isla, muy cerca de su casa, por lo que decidió llenarla de muñecas para aplacar el dolor de la joven muerta.

Parece que a Julián de nada le sirvió, las cuales sacaba de la basura o recibía de sus vecinos, ya que la mujer seguía en su empeño de aparecer, y acabó muriendo ahogado en las mimas costas que la joven errante.

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