Noches en vela
Insomnio confinado ·
Lees, das vueltas por la casa y cuentas rebaños enteros. No hay manera de pegar ojo en medio de esta pesadilla víricaSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Insomnio confinado ·
Lees, das vueltas por la casa y cuentas rebaños enteros. No hay manera de pegar ojo en medio de esta pesadilla vírica1 :38 marca el reloj, con los números parpadeantes en verde radioactivo. Hace ya casi media hora que decidiste cerrar el libro y hacer ídem con los ojos. Pero nada, no hay forma. Te abrazas a la almohada como los koalas a los troncos ... de las acacias. Das una vuelta y otra, aprietas mucho los párpados hasta que ves círculos difusos, como volutas de humo. Pero nada. El perro, muy hijo de perra él, ronca como un oso, hecho un ovillo. Te levantas a por un vaso de agua y recuerdas que de crío, cuando no había forma de dormir, te mandaban contar ovejas. 1,2,3,4,5... ¿Ysi cuando acabe lo del confinamiento te haces pastor? Buscas en Google: escuela de pastoreo/ licencias de ganadería/ cuidados de las ovejas latxas/ precio de un cordero. Así no hay manera.
2:45. Piensas que quizás te acabará entrando el sueño si retomas el libro que estabas leyendo. Estás en la 69 de 'Rewind', de Juan Tallón. «Mi mujer y yo nos sentamos rígidos y graves, como cristales rotos, en la parte de atrás (...)». Qué puñetero, Tallón. Qué bueno es. Coger el sueño con esta novela tan estupenda es imposible.
3:55. Te pones una sudadera y sales a la terraza. En el silencio de la noche se escucha un cuesco sonoro desde una ventana. Te pones a dar vueltas en círculos. Con esas pintas, con el pijama y la capucha puesta, pareces un boxeador fondón, enchironado por tráfico de drogas, en la hora del patio. Te da por pensar en Bárcenas. ¿Dormirá bien ese hombre en el catre de Soto del Real? ¿Tendrá un buen colchón de viscolátex? Los recovecos de las mentes insomnes son muy inquietantes. Te enciendes un cigarro, como si tuviera las propiedades de una tisana, y regresas a la cama. Fantástico. Ahora, las sábanas apestan a nicotina.
4:36. Cambias las sábanas. Olisqueas el almohadón con tal ahínco que parece que te lo estés esnifando. Huele a limpio, sí, pero no a frescor alpino. Piensas en ponerle una reclamación por publicidad engañosa a la marca del detergente. ¿Frescor alpino? Y un carajo. Por cierto, ¿qué temperatura tendrán ahora en los Alpes suizos? En Zumdorf, 3 grados. Humedad, 66%, dice la app del móvil. Eso sí que es frescor alpino, señores de Ariel.
5:28. Buscas música para dormir en Spotify. Eliges 'Magic Dreams (Bed Time)' porque en la carátula aparece una moza que está durmiendo la mar de a gusto. Se escuchan sintetizadores en un ritmo sosegado y etéreo. Pero esto no relaja un carajo. Suena a banda sonora de película porno bajonera. Y, a todo esto, el perro sigue roncando. En la oscuridad, iluminado por la luz verdosa del reloj-despertador, te quedas mirando cómo se le hincha el tórax peludo al ritmo sincopado de la respiración. Como un fuelle, sube y baja, sube y baja, su-be y ba...
8:00. Suena el despertador. Tras una noche en vela, otra más, comienza un bonito día confinado. Otro más. Quién fuera perro para volver a dormir a pata suelta. Sin preocupaciones. Sin temor a qué va a ser de nosotros. Ojalá esta pesadilla vírica acabe pronto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.