ADOLFO LORENTE
Lunes, 26 de enero 2015, 07:44
Se acabaron las encuestas, los pronósticos y las elucubraciones. Los griegos han entregado el país a Syriza con una mayoría abrumadora. Se acabó la política ficción. Alexis Tsipras llegará a Bruselas, compartirá mesa con Juncker, Merkel, Hollande, Cameron o Rajoy y ahí realmente se verá ... cuánto de verdad hay en lo mucho que se ha prometido. El principio del fin de la Troika, reestructuraciones de deuda, quitas, activación del gasto público... La UE, «respetuosa con el proceso democrático», se muestra tranquila sabedora de que las reglas de juego y la coyuntura económica son lo suficientemente sólidas para evitar un improbable efecto contagio. Lo peor de lo crisis es pasado y ahora, el gran problema se llama Grecia. Qué hacer con Grecia. Bruselas será inflexible dentro de la nueva flexibilidad liderada por Juncker. Cederá, sí, pero lo justo.
Publicidad
«El futuro del país dentro de Europa está en manos de su nuevo Gobierno, de nadie más», aseguran fuentes comunitarias. Hoy, caprichos del calendario, los ministros de Finanzas del euro (Eurogrupo) se reunirán en Bruselas para analizar el escenario y empezar a debatir la posible prórroga de otros seis meses del rescate griego, que concluye el 28 de febrero. Sin la asistencia financiera de los países del euro, del FMI y sobre todo del BCE, Grecia tiene los días contados por más órdagos que lance. Por mucho que se quiera repartir dinero entre los más desfavorecidos e invetir en lo público, si no lo hay, poco se va a repartir. Son habas contadas.
Por partes. Nadie duda de que las recetas de austeridad de la Troika (Comisión, BCE y FMI) han sido más que erróneas. Tan cierto como que Grecia falseó sus números para entrar al euro y mantenía un descontrol de las cuentas públicas dignas de estudio -para muestra, las miles de personas que cobraban prestaciones pese a llevar varios años fallecidas-. Y esto, en Bruselas, no se olvida.
De quitas, ni hablar
Pero eso es pasado y el presente se llama deuda griega. Un monstruo cifrado en el 175% del PIB y que jamás será pagada en su totalidad pese a que en los Veintiocho nadie nunca hablará de quitas. Nuevas concesiones en el pago de intereses, aplazamientos... Grecia debe 240.000 millones a sus socios del euro -España se juega nada menos que 26.000- y ningún país está por la labor de sufrir semejante agujero en sus cuentas. Solución, ampliar aún más los plazos de amortizaciones (algunos llegan ya a 2050) y sobre todo, retrasar los periodos de cadencia de estos préstamos al máximo para aliviar a Atenas. Dicho de otro modo, alargar el problema sine die para evitar enfrentarse a él.
La eterna pregunta, ¿Grecia saldrá del euro? Es más que improbable, sobre todo porque incluso Syriza quiere continuar en él. Eso sí, a su manera. Y es por esta vía por donde pueden surgir los problemas. Las cifras, siempre tozudas, aseguran que el país heleno apenas supone el 2% del PIB de la Eurozona, lo que llegado el caso, el impacto que una ruptura total con Grecia puede suponer para la moneda única no deje de tener un efecto más político que práctico. Ya se lo ha advertido el presidente del BCE, Mario Draghi, o ayer el mandatario del Bundesbank alemán, Jens Weidmann: «A Grecia le conviene seguir con las reformas...», deslizó. Las mismas que la Troika impuso a cambio de sostener financieramente a un país incapaz de pedir un euro en el mercado.
Publicidad
«Un país que necesita apoyo para financiar su economía y gasto público también tiene que respetar las condiciones. Hay margen para negociar y hablar sobre el diseño de los programas de ajustes. Pero simplemente solicitar un crédito sin condiciones no funcionará», alertó en una entrevista el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem.
Por no hablar de las reglas. Porque una cosa es reestructurar tu deuda y otra muy diferente hablar del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, la biblia que consagra los límites de déficit (3% del PIB) y deuda (60%) de los 28. Lo sufre España, Francia, Italia, Bélgica... Y lo hará Grecia, por muchos órdagos que lance Syriza y asegure que el «programa pactado con el Eurogrupo esté muerto». Hoy, los ministros de Finanzas murmurarán aquello de «veremos».
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.