Letizia y Michelle, el duelo de la fotogenia

El último ha sido con los Obama. El presidente de EE UU agasajó a los jefes de Estado y de Gobierno que asisten a la Asamblea General de Naciones Unidas con una recepción oficial en el mítico hotel Waldorf Astoria. Y a ella no faltaron el matrimonio Borbón-Ortiz. Ambas parejas se saludaron y posaron para los medios. Y ahí llegó el duelo entre la fotogenia de la primera dama y la Reina. Ambas, todo hay que decirlo, salieron bien paradas.

Letizia tiene callo en este tipo de cara a cara. El más famoso fue el que tuvo con Carla Bruni cuando visitó Zarzuela como consorte de Sarkozy, pero hubo otros con mucho morbo como el de la princesa Rania de Jordania y el de Asma Assad, esposa del presidente de Siria, ahora retirada de la vida pública a causa de la guerra. Para la recepción en el Waldorf Astoria, la asturiana lució su mejor sonrisa y también sus mejores galas... que vinieron directamente del taller de su modisto de cabecera, Felipe Varela.

Escote barco y pendientes lágrima

La Reina se enfundó un vestido joya tipo cóctel que le sentaba como un guante. Combinaba el azul oscuro y el negro, que se fusionaban haciendo un degradado bajo el pecho. Además, estaba salpicado de 'pailletes' y terminaba con un cuello barco de esos que tan bien le sientan a doña Letizia pese a su delgadez.

Además, optó por recogerse la melena, adornarse con unos pendiente de lágrima en tonos plata y azul, y calzarse con unas sandalias negras de tiras, muy de su estilo. Curiosamente no se pintó las uñas para este evento, algo que siempre le ha gustado a la monarca.

Por su parte, Michelle Obama optó por un traje más sobrio, en negro, con un detalle en forma de lazo de brillantes en el escote. Para los pies eligió el típico zapato salón con un tacón discreto. Un modelo elegante que escondía a la perfección la rotunda figura de la primera dama y su gran envergadura.