Una mujer encarcelada en Sudán.

Sudán condena a morir en la horca a una cristiana por apostasía

Además de la pena capital, el tribunal de Jartum condena a Maraiam Yehya a recibir cien latigazos por adúltera

GERARDO ELORRIAGA

Viernes, 16 de mayo 2014, 17:49

Un tribunal de Jartum dictó ayer la pena capital contra Meriam Yehya Ibrahim, de 27 años, por los delitos de adulterio y apostasía. La condenada, que se declara cristiana ortodoxa, contrajo matrimonio con Daniel Wani, ciudadano norteamericano de origen sursudanés, y permanece en prisión desde agosto del pasado año, cuando fue denunciada por algunos familiares. El pasado domingo, la Corte le concedió tres días para que se retractara de su fe y regresara al Islam, pero no admitió tal posibilidad. Ese mismo día, su marido resultó absuelto por falta de pruebas del cargo de adulterio. Sudán se rige bajo la 'sharia', ley que condena el matrimonio con un individuo de otra confesión.

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La rea, doctora de profesión, ha negado haber renegado de su religión. La joven creció bajo el influjo del cristianismo materno, pero la justicia no reconoce esta adscripción ya que su padre, ausente durante su infancia, es musulmán. Meriam fue arrestada en agosto del pasado año y permanece encerrada en una celda con su hijo de año y medio y embarazada de ocho meses. Su esposo no puede hacerse cargo del pequeño y ni siquiera visitarla en la cárcel. Además de la sentencia a morir ahorcada, la condenada, a la que los jueces se dirigen por su nombre islámico Adraf Al-Hadi Mohammed Abdullah, deberá recibir cien latigazos por haber cometido adulterio, castigo que se cumplirá dos años después de dar a luz.

Las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Holanda han enviado un comunicado al gobierno sudanés en el que se refieren a la «brutal sentencia», reclaman libertad de religión y solicitan compasión con la procesada. Amnistía Internacional, por su parte, ha tachado la pena de «atroz y repugnante» y, tras considerar que Meriam es una prisionera de conciencia, exige su salida de prisión. «Considerar el adulterio y la apostasía como crímenes no se corresponde con las leyes internacionales sobre derechos humanos», adujo. No se han llevado a cabo ejecuciones por este delito en el país africano desde 1991, pero la ONG apunta que, en muchos casos, la sentencia se ha suspendido porque los afectados han sido obligados a retornar a la fe musulmana.

La solicitud también es apoyada por Sudán Change Now, un movimiento social y político, que considera la pena «vergonzosa» y un ejemplo de la interferencia del régimen en la vida personal de los ciudadanos. Fuera del palacio de justicia se han congregado pequeños grupos de manifestantes, tanto contrarios como partidarios de la medida legal.

Bajo la 'sharia'

La extrema rigidez del sistema judicial local ha quedado patente en ocasiones anteriores. Entre otros casos, destaca el de la inmigrante etíope condenada por actos indecentes tras ser violada por siete hombres a un mes de prisión, sentencia suspendida, y una multa estimada en torno a 640 euros. El Fiscal General no permitió que la víctima presentara denuncia contra sus agresores al estar investigada por un delito penal. También trascendió a los medios internacionales la detención de la periodista Lubna Husein, aprehendida por vestir pantalones. Entonces, hace cinco años, la acusación reclamaba 40 latigazos que fueron sustituidos por una compensación en metálico.

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La instauración de la 'sharia' en Sudán tiene un componente político. El régimen de Al-Bashir, en el poder desde hace un cuarto de siglo, ha recurrido al nacionalismo y al conservadurismo religioso para contrarrestar tanto su creciente aislamiento internacional como la multitud de insurrecciones internas que ha sufrido el país. El presidente está requerido por el Tribunal Internacional de La Haya por la comisión de crímenes de guerra en Darfur.

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