Primer encuentro del año del clan Pantoja en la cárcel

Kiko, de todas formas bien abrigado con un gorro de lana y protegido por unas gafas del sol sevillano, no estuvo mucho más de una hora con su madre. El primogénito de Isabel llegó a eso de las cuatro y antes de las cinco y media había salido del penal con cara de disgusto y sin soltar palabra. Mucho más disfrutaron del encuentro el resto de visitantes. Anabel y Chabelita a la que esperaba en un BMW junto a la puerta su nuevo novio dejaron la cárcel sobre las siete mientras que el hermano de la cantante permaneció con ella hasta pasadas las ocho.

No hay duda de que para Isabel estas han sido las peores navidades de su vida, ni de que sus hijos también lo están pasando muy mal. Kiko lleva días aclarando que no pasó la Nochebuena en Cantora, y sí trabajando en una discoteca de Sevilla, porque él, sin su madre, no tiene nada que celebrar. Y algo parecido debió pensar Chabelita que esos días estuvo en Santander con su nueva pareja.

Otra cosa será lo que piensa la tonadillera, que aseguran haberse disgustado bastante porque sus hijos dejaron sola a doña Ana en navidad. Isabel siempre ha estado muy unida a su madre y desde que ingresó en prisión ella es una de sus principales preocupaciones.

En cualquier caso, allí estaba su hermano Agustín, el pilar de la familia, para arropar a la abuela y consolar a la cantante; darle el parte de sus nietos y asegurarle que Kiko no deja de cosechar éxitos profesionalmente hablando y Chabelita sigue empeñada en labrarse una carrera en televisión.