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Julián Méndez
Lunes, 1 de diciembre 2014, 01:14
Tras el duelo por la duquesa de Alba toca ahora reconducir las vidas de quienes la rodeaban. Van a ser semanas de cambios drásticos, tristes despedidas y nuevos horizontes para los deudos de Cayetana. De momento, el más afectado va a ser el viudo Alfonso ... Díez. Al cerrarse el palacio de Las Dueñas, domicilio habitual de la pareja, Alfonso deberá buscarse una nueva residencia. También ha trascendido que Fernando y Cayetano abandonarán el palacio de Liria, tenida por una de las joyas emblemáticas del patrimonio ducal y de la Fundación Casa de Alba. Como establecen las disposiciones testamentarias de la difunta, Carlos, el primogénito, es ahora el jefe de la casa y carece de sentido que los hermanos vivan juntos.
Está claro que Alfonso va a ser el más perjudicado por la situación. Se sabe que el palacio de Las Dueñas -que no forma parte del legado de la fundación, como Liria y el castillo de Monterrey- se cerrará porque no tiene sentido, ha apuntado el nuevo duque de Alba, afrontar tantos gastos "para utilizarlo solo cinco días al año". Cayetana quiso que el palacio fuera para su querido nieto Fernando, el hijo mayor del duque de Huéscar y Matilde Solís. Sin embargo, por cuestiones impositivas resulta menos gravoso que detente la propiedad su padre, partidario del cierre.
Otro cambio fundamental para la familia será que propiedades como el palacio de Monterrey, en Salamanca, tampoco estarán abiertas y dejarán de estar atendidas permanentemente, como hasta ahora, por personal de servicio.
La salida de Alfonso Díez de Dueñas no tiene por ahora fecha fija, pero, con toda seguridad, tendrá lugar poco después del funeral que, el 15 de diciembre, se celebrará en la basílica madrileña de Francisco el Grande y que será presidido por los Reyes, la Reina Sofía y otros integrantes de la Familia Real. Alfonso sabe que no tiene sentido quedarse en un palacio que, ni les corresponde, ni puede mantener. Cayetana no le cedió el palacio, como tampoco lo hizo con la casa de Sanlúcar. "Él es viudo de la duquesa de Alba, pero sin derechos adquiridos. Más hábil estuvo Jesús Aguirre, que disfrutó de una serie de prebendas", dicen amigos de la familia. Alfonso no pondrá pegas. Todo queda ahora a la espera del testamento final de Cayetana que, tal vez, dispusiera algo para ayudar al futuro de su tercer marido.
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