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Cayetana Fitz-James Stuart.
¿Cómo llegó Cayetana a ser titular del condado alavés de Ayala?

¿Cómo llegó Cayetana a ser titular del condado alavés de Ayala?

La duquesa de Alba mantuvo hasta su muerte el título del viejo solar alavés, creado por el rey Felipe III de España en 1602 a favor de Antonio de Fonseca y Ayala

Sergio Carracedo

Viernes, 21 de noviembre 2014, 00:57

La difunta duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, ostentó hasta 49 títulos nobiliarios, entre ducados, condado-ducados, marquesados, vizcondados y condados. Entre los 20 condados que tuvo, se encuentra el título de Condesa de Ayala, del que fue la decimoquinta propietaria. Aunque la duquesa cedió en los últimos años seis títulos a sus hijos, mantuvo un buen número de ellos, y fue la persona con más títulos nobiliarios de Europa. Entre ellos ha poseído hasta su muerte el del Condado de Ayala, título nobiliario español creado por el rey Felipe III de España en 1602 a favor de Antonio de Fonseca y Ayala, que daba continuación al antiguo Señorío de Ayala.

Según la obra 'Creación, antigüedad y privilegios de los títulos de Castilla' de José Berni y Catalá, el título de Conde de Ayala fue creado en 31 de enero de 1602. El primer conde fue "don Antonio de Fonseca, por gracia del Señor Don Phelipe III. Don Fernando de Ayala, Fonseca, Toledo y Ayala XXII Señor de Ayala". En dicho documento, se menciona que es "Conde, y Señor de la Casa de Ayala, Gentil-Hombre de Camara de su Magestad, su virrey, y Capitan General del Reyno de Sicilia, y del Consejo de Estado, y Guerra, presento Memorial al Señor Don Phelipe IV. año 1651. suplicando la Grandeza, que oy tiene esta Ilustrissima Familia".

De Ayala, a los Colón y los Fitz-James Stuart

Desde 1602 hasta que la duquesa de Alba heredó el título de condesa de Ayala el 18 de febrero de 1955 tras la muerte de su padre en 1953 han ostentado el título 14 personas. Pero, ¿cómo llegó este título nobiliario a la duquesa? Del primer conde (1602), Antonio de Fonseca, lo heredó su hijo Fernando de Fonseca y Ayala, que fue por tanto el segundo conde de Ayala. Su hija, Teresa de Ayala Toledo, se casó con Pedro Manuel Colón de Portugal, -descendiente de Cristobal Colón-, y que fueron padres de Catalina Ventura Colón de Portugal Ayala.

Y sigue la línea. Catalina Colón de Portugal, por su parte, se casó con Jacobo Fitz-James Stuart y Burgh -descendiente de Jacobo II que fue rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda hasta 1688- y fueron padres de Jacobo Francisco Fitz-James Stuart y Colón de Portugal que fue el séptimo heredero del Condado. Tras él serían condes Carlos Bernardo Fitz-James Stuart y Silva (octavo), Jacobo Felipe Fitz-James Stuart y Ventimiglia (noveno) y María Teresa de Silva Álvarez de Toledo (décima) que también fue duquesa de Alba.

A partir de María Teresa, el Condado de Ayala y la jefatura de la Casa Alba marcharon juntas hasta la actualidad. Tras ella, pasaría a manos de Carlos Miguel Fitz-James Stuart y Silva (undécimo), Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia (duodécimo), Carlos María Fitz-James Stuart y Palafox (decimotercero) y Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó (decimocuarto), padre de la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, decimoquinta condesa de Ayala.

El solar de los Ayala

Parte del esplendor medieval de los Ayala permanece en el conjunto palaciego-conventual de la Casa Solar de los Ayala, en Quejana, Álava, que es visitado cada año por más de 20.000 visitantes, considerado el conjunto medieval más armónico de Álava.

Tras el auge del linaje en el medievo, su época dorada, llegaría su caída en desgracia cuando el nieto del Canciller Ayala se unió a los comuneros de Castilla y fue derrotado por Carlos V, en 1521. Posteriormente, emparentaron con la Casa de Alba, donde reside el título nobiliario hasta la actualidad. Tras el fallecimiento de la duquesa, queda por ver cuál de sus hijos heredará el título de origen alavés.

La negativa de los Alba

El último contacto conocido del viejo solar de los Ayala con la Casa Alba tuvo lugar en el siglo XX por una cuestión económica.

Se sabe que el convento de las madres dominicas de Quejana se creó en el año 1396 y que contaba con un retablo que ha sufrido un azaroso periplo por diversos propietarios y lugares del mundo. La obra presidía la capilla del convento en el valle de Ayala. Durante la Guerra de la Independencia, en 1809, las religiosas abandonaron el recinto temporalmente por temor al saqueo de las tropas francesas.

Tras el paso de los soldados, el retablo, fechado en el siglo XIV, quedó seriamente dañado y las madres dominicas recurrieron al heredero de la casa de los Ayala, el Duque de Alba, y al Nuncio del Papa para obtener fondos y restaurar la pieza. Sin embargo, el fracaso de las gestiones y la falta de medios para acometer la reparación les llevó a vender la obra a un coleccionista inglés, en 1913.

El nuevo propietario la subastó en Londres, donde la adquirió un comprador americano, que la donó al museo de Arte Moderno de Chicago. En 1996, en el sexto centenario del magnífico retablo, una de las creaciones más emblemáticas del arte antiguo de la comarca de Ayala, el Ministerio de Cultura dirigido por Esperanza Aguirre negoció la compra del retablo medieval de Quejana, pero 18 años más tarde continúa expuesto en Chicago con el nombre de "retablo Ayala".

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