Alfonso Díez, desolado: "¡Qué va a ser de mí, qué va a ser de mí!"

Por eso, este jueves por la mañana, cuando el doctor Miguel Ángel Muniain confirmó el fallecimiento de Cayetana, Alfonso se derrumbó. Las lágrimas empaparon su rostro, se abrazó al doctor de cabecera durante más de veinte años de la duquesa y exclamó "¡qué va a ser de mí, qué va a ser de mí!". Las mismas palabras que le dijo a Carmen Tello, amiga íntima de la aristócrata. "Alfonso es como un niño grande, no tiene maldad ninguna y la quería muchísimo. Me decía, 'Carmen, ¿qué voy a hacer yo sin Cayetana?', en el sentido de que la ha perdido. Está destrozado", contaba Carmen entre lágrimas.

Tello contaba cómo un destrozado Alfonso Díez había sido el encargado de llamarla por teléfono para comunicarle la triste noticia a primera hora de la mañana. La amíga íntema de Cayetana, que llegó a la capilla ardiente acompañada por su marido, desveló que en el Salón Colón del Ayuntamiento, donde estaba instalada la misma, lucía una corona de rosas rojas del marido de la duquesa, en la que se puede leer: "No sé si supiste entender lo que te quise, te quiero y te querré". Para Tello fue una "suerte" la aparición de Alfonso en la vida de la duquesa, que pidió a sus amigos que cuidaran de su marido si ella faltaba, por lo que ha apostado por "arropar" al ya viudo de Cayetana de Alba y a toda su familia.

Para ella también se va un pilar fundamental en su vida. Carmen ha explicado a los periodistas que ésta "no era consciente" de que su vida se terminaba y que, en sus últimas horas de vida, estaba "dormida, pero sin sufrir nada". Ha destacado que la duquesa era una persona "muy luchadora" y que el pasado lunes, cuando la visitó en la clínica Quirón Sagrado Corazón, en la que estaba ingresada, "se quería levantar e irse a su casa". "Cuando llegó a su casa, fue cuando se quedó tranquila y se quedó ya dormida", ha relatado Tello, que ha asegurado tener "miles de anécdotas" ocurridas durante los años de relación con la aristócrata.