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elcorreo.com
Jueves, 20 de noviembre 2014, 11:02
Era el verano de 2012, cuando la duquesa de Alba volvió a su querida San Sebastián a descansar. El 27 de julio, abandonó por un día la capital guipuzcoana para acercarse a los acantilados de Getxo. Junto a su marido, Alfonso Díez, se encontró con ... unos amigos -entre los que se encontraba Tomás Terry, miembro de una de las familias con más solera del Puerto de Santa María, dueños de Bodegas Terry- en el restaurante Cubita, unido al conocido molino de Aixerrota.
Unos chipirones de anzuelo habían picado la curiosidad de la duquesa. Y quedó encantada."Hemos comido extraordinariamente bien", contó en aquella ocasión. "No conocíamos el lugar, pero nos ha entusiasmado", añadió su esposo. La pareja se deleitó con anchoas, almejas a la sartén y, mientras ella probaba los calamares acompañados de arroz, Díez prefirió una buena merluza a la plancha. Un sorbete al cava y un milhojas pusieron la guinda final a un día que Cayetana definió como "redondo".
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