¿Es tu hermana? No, mi madre

La primera madre recesiva es Mariló Montero (49). Habitual en las redes sociales por sus reincidentes 'mariloladas', compite en belleza con su hija Rocío, de 20 años y aspirante a modelo. La presentadora se fue de vacaciones este verano para "nadar con tiburones blancos en las Islas Maldivas", pero antes se zambulló en el hospital San Rafael de Madrid para hacerse algunos retoques estéticos. "Estoy para comerme", suele echarse flores a sí misma. Ni tiene abuelas, ni los amigos de su hijo Alberto se cortan un pelo. "Alguno le ha dicho: 'Jo, cómo está tu madre'", contó en una entrevista reciente la ocurrente Mariló, que sigue soltera y sin compromiso.

La porcelanosa Isabel Preysler, a sus 63 años, está mucho más guapa y tersa que cuando tenía veinte años menos. Unos pinchazos milagrosos del doctor Chams, los avances de la cirugía estética, del 'photoshop' y por supuesto, una privilegiada herencia genética de componente oriental son las razones de su eterna juventud. Levantarse pasadas las once de la mañana, no deslomarse trabajando y comer sólo una onza de chocolate al día también ponen buena cara, claro está. Aunque nada comparable a la portada del 'Hola' que protagonizó junto a Carmen Martínez Bordiu para celebrar el 70 aniversario de la publicación. Una de dos: o las bañaron en 'photoshop' hasta borrar el último poro de su piel o hicieron la foto cuando tenían quince años y la guardaban para tan celebrada ocasión. Esta última fue la versión de los tuiteros que se preguntaron alarmados si el próximo número de la revista iba a "mostrar a Isabel en el vientre materno". Lo raro sería que con tanta mentirijilla estética no pareciese la hermana (pequeña) de su hija Chabeli, de 43 años.

Tampoco es sencillo determinar quién es la madre y quién la hija en el caso de Blanca Romero (38) y Lucía, de 16 años e imagen de una joyería junto a su progenitora. "Eres lo más grande, mi hermana mayor, mi confidente...", le dedica la joven a Blanca en las redes sociales. Lo cierto es que en su posado para la firma asturiana parecen dos pipiolas. También sorprende el aspecto juvenil de la madre de Paula Echevarría (37 años), más rubia que la actriz pero con facciones aniñadas y un gran parecido físico. Y cuesta adivinar quién llegó antes a este mundo si Carolina Cerezuela (34) o su madre Josefa, que ronda los 60. Ambas comparten peluquero y una forma de vestir puramente Ana Obregón, aunque la veterana es la versión estirada de su hija, cosas del botox.

Tampoco pasan los años para María Teresa Campos (73), que superada la edad de jubilación se ha puesto el mundo por montera echándose novio. "Hacer cositas", que diría Ana Rosa Quintana, con Bigote Arrocet debe tonificar cuerpo y alma. Para el cutis, mejor el 'taller' del doctor Enrique Monereo, con el que en alguna ocasión se ha hecho pequeños retoques. 'Amar, ¿para qué?', se pregunta la Campos en su último libro. ¿Cómo que para qué? Para vivir una segunda juventud que ni Terelu (49) con su entrenador personal.

Como Lydia Bosch siga cumpliendo años a la inversa, hasta el 'médico de familia' se va a hacer pediatra. A punto de soplar 51 velas, su aspecto jovial recuerda al de aquella chiquilla simpática que despuntó en el programa televisivo 'Un, dos, tres'. Sigue sus pasos su hija Andrea, de 22 años y estudiante de interpretación. "Mi madre es mi referente", suele responder la hija de Lydia y Miki Molina cuando le preguntan a qué actriz le gustaría parecerse.

Otras madres famosas parecen sacadas del cuento de 'Las tres mellizas'. Es el caso de Cari Lapique, que siempre ha mantenido en secreto su edad, pero que en los posados navideños junto a sus hijas Carla (31) y Caritina (36) parece una jovenzuela más con su vestido de lentejuelas y sensual cruce de piernas. O Patricia Rato (45), que podría colarse en la cuadrilla bien de sus hijas Alejandra (22) e Isabel (20) por su capacidad para 'descumplir' años.

Los ejemplos internacionales todavía son más descarados. Es el caso de Madonna, de 56 años y aficionada a los 'yogurines', que cualquier día le usurpa la identidad en whatsapp a su hija Lourdes (18) para liarse con algún chavalín todavía sin edad de afeitarse. La madre de Miley Cyrus, Leticia, también parece carne de 'after hour' aunque es casi imposible que se despendole tanto como su hija, que ha puesto alto el listón fiestero hasta al mismísimo Pocholo. A la madre de Kim Kardashian, Kris, de 59 años, seguro que le hace precio especial el cirujano de su hija por convertirla en la réplica de cera de la niña. Ella sí que sabe. Aunque en eso de clonarse la alumna aventajada es la madre de Cher, Georgia, de 88 años, a la que como se siga operando la quitan la pensión de jubilación por no llegar al límite de edad.

Seguramente todas ellas sean madres por encima de todo Menos de los años, claro, que si pueden disimularlos mucho mejor. Para auténtica ya está América, la madre de Alaska, de 85 años, que no oculta sus arrugas y hasta le han dedicado una página en Facebook por ser "única". Que reparen en lo genial que es tu madre, eso sí que pone buena cara y sin necesidad de bisturí.