Julián Méndez
Martes, 1 de julio 2014, 00:17
Esa imagen de gamberro que acompaña al príncipe Enrique, ganada a pulso, todo hay que decirlo, se resquebraja cuando se contemplan imágenes como la que acompaña a este texto. El príncipe baila, encantado, con un grupo de jóvenes discapacitados acogidos en el centro de la ... Fundación Amigos de Jesús en la comuna de Cerro Navia, una de las más pobres de Santiago de Chile.
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Acompañado por la ministra chilena de Desarrollo Social María Fernanda Villegas, Enrique rompió el protocolo y participó en el baile de la función que le habían preparado los menores discapacitados. Hizo también un recorrido por el recinto y conoció de primera mano las sesiones de rehabilitación, así como los talleres de actividades para mejorar las habilidades motoras y sensoriales de los asilados, en una imagen muy alejada del príncipe tarambana que se fotografía con muchachas desnudas a las que derrota en sesudas partidas de 'strip-billar'.
Durante su estancia de tres días en Chile, Enrique sorprendió también por sus habilidades técnicas. Al visitar una casa en El Vergel, un pueblo arrasado por el fuego, Coca Pérez, una vecina, le comentó que su televisión estaba rota y que no podría ver el Chile-Brasil. Enrique trasteó en el aparato y lo reparó.
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