Alberto y Charlene de Mónaco anuncian que esperan su primer hijo

Se trata de su primer hijo en común, y llega en un momento en que no han conseguido hacer cesar los rumores sobre sus desavenencias y la dificultad de la sudafricana por adaptarse a la vida en el Principado y a su familia política. El bebé, del que no se ha facilitado el sexo, será el primero en la línea de sucesión, puesto que hasta ahora ocupaba la princesa Carolina, hermana del soberano.

"Creo que necesité un poco de tiempo para instalarme y adaptarme. No me pongo ninguna presión. Llegará cuando tenga que llegar", señaló la princesa sobre su eventual maternidad en una entrevista concedida a principios de mes al periódico 'Sunday World'. Charlene, de 36 años de edad, aseguraba entonces que en estos primeros años después de su matrimonio se ha centrado en hacerse a su nuevo rol y en promover su fundación humanitaria, pero se decía ya preparada ser madre.

Una nueva página

Su boda tuvo lugar en julio de 2011, en una ceremonia civil y otra religiosa, que selló cinco años de noviazgo y contó con la presencia de jefes de Estado, monarcas y príncipes herederos, así como personalidades del mundo de la moda, el deporte y los negocios. Con este matrimonio "se abre una nueva página en la historia del Principado", afirmó entonces Alberto II, que el pasado 14 de marzo cumplió 56 años de edad, y que tiene ya otros dos hijos ilegítimos, fruto de relaciones anteriores.

Hace apenas cinco meses fue su sobrina Carlota, hija de Carolina, la que aportó un nuevo bebé a la familia, Raphaël, mientras que en marzo de 2013 su hermano mayor, Andrea Casiraghi, tuvo un niño con Tatiana Santo Domingo, Sacha, que nació en Londres, donde reside la pareja. "El príncipe y la princesa de Mónaco están encantados de anunciar el embarazo de la princesa Charlene. El nacimiento está previsto para finales de año", ha indicado la pareja en un escueto comunicado difundido por el Palacio monegasco. Se trata de su primer hijo en común, y llega en un momento en que no han conseguido hacer cesar los rumores sobre sus desavenencias y la dificultad de la sudafricana Charlene por adaptarse a la vida en el Principado y a su familia política.