Ángel Resa
Viernes, 24 de junio 2016, 16:41
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El 18 de diciembre de 2009 Juantxo López de Uralde, en compañía de otros miembros del movimiento ecologista internacional, interrumpió la cena que celebraban los líderes mundiales en un salón de Copenhague con motivo de la cumbre climática. Las autoridades lo encarcelaron durante diecinueve días, ... afortunadamente no quinientas noches, y fue entonces cuando decidió pasar del activismo verde y social a la pugna por ingresar en las instituciones. ¿Cómo? Fundando Equo, el partido por el que encabeza en Álava la candidatura electoral de Unidos Podemos. "Los temas ambientales tienen que estar en el debate político. Entonces vi que hay que competir en el campo, hay que meterse en el campo a jugar. Tratábamos de influir en los mandatarios hasta que te das cuenta de que eso no sirve. Debemos estar donde se deciden los asuntos".
López de Uralde, donostiarra con adherencias vitorianas, aboga por la transversalidad, las cercanías y un programa inequívocamente social que en su opinión sólo puede prosperar mediante un pacto de gobernabilidad junto al PSOE. "La política está evolucionando de las casas comunes a las causas comunes. Unidos Podemos es la consecuencia de una hoja de ruta que trazó Julio Anguita. La de ¿somos capaces de ponernos de acuerdo en diez puntos fundamentales? El objetivo consiste en lograr el cambio de verdad. Y para ello necesitamos un buen resultado y convencer a los socialistas. No sé cuál de las dos cuestiones es más difícil", ríe. "Casi la segunda". El candidato de la coalición reconoce su idea errónea tras los comicios de diciembre. "Pensé que a última hora Pedro Sánchez iba a girar hacia Podemos para presidir el Gobierno. Desgraciadamente, las presiones internas debieron de resultar demasiado fuertes".
Diversidad política y social
Durante la entrevista ha de defenderse de varias etiquetas: el baile ideológico que se atribuye a la formación que lidera Pablo Iglesias, el populismo que se le achaca y el interés primordial por desbancar al partido del puño y la rosa en la primacía de la izquierda. "La diversidad en política es buena porque refleja la diversidad de la sociedad. Un 32% de nuestros votantes se define centrista. Hay socialdemócratas, socialistas, comunistas, ecologistas". También López de Uralde cree que el primer objetivo radica en sustituir a los populares en La Moncloa y, de acuerdo con el discurso oficial, sólo ve un aliado lógico en el grupo de Pedro Sánchez. "Queremos formar Gobierno. Ya lo intentamos, pero con un programa similar al nuestro, no al de Ciudadanos. No nos queda otra que pactar con el PSOE, sean ellos más grandes el día 26 o nosotros. Únicamente hay dos opciones: una en torno al PP y otra en torno a Unidos Podemos con los socialistas".
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En la campaña se agita el miedo a que viene Podemos. ¿Hasta qué punto deben temerlo las clases medias?
Esa campaña es muy evidente, pero muy poco efectiva. La fidelidad de nuestros votantes es del 80%, más alta que la de ningún otro partido. Por lo tanto no estamos hablando de espuma ni de un fenómeno pasajero. Mientras haya un 30% de la población española en exclusión social o en riesgo de caer en ella, Podemos va a tener respaldo. ¿Que deben temernos las clases medias? No. Pero tampoco engañamos a nadie. Proponemos medidas como el salario mínimo o la renta garantizada que, evidentemente, necesitan financiación por la que algunos tendrán que poner un poquito más. Pero también hablamos de reducir el IVA de los alimentos.
Conviene preguntar a Juantxo por el caladero donde pesca adhesiones un grupo tan emergente como el suyo con apenas dos años de vida. Parece lógico pensar que, mayoritariamente, una parte proviene de las filas socialistas y otra de las de la izquierda abertzale. Que esta vez presenta como cabeza de cartel a un activista contra el "fracking". "Yo creo que EH Bildu tiene algunas asignaturas pendientes. Vi a Otegi en el programa de Évole y su discurso está estancado, sin evolucionar". Y antes de meterle de manera metafórica el dedo en el ojo, cuestionarle sobre el hartazgo ciudadano ante la perspectiva de una tercera convocatoria electoral. "Lo entiende perfectamente. Espero y desespero porque no haya. Sería muy difícil para todos dar la cara y presentarse en la calle".
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¿El gran problema de Vitoria es el estrés de los burros el día de Santiago?
No. No decimos que sea el gran problema de Vitoria, igual que el gran problema de España no es el toro de la Vega. Sí pensamos que hay una sensibilidad creciente hacia los derechos de los animales. Y eso se concreta, legítimamente, en pretender que se superen algunas fiestas populares, que queremos que vayan desapareciendo. Lo que pasa es que este tema de los burros llama más la atención que los índices de contaminación del aire.
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