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Miriam Cos
Jueves, 8 de mayo 2014, 00:59
Ni los nuevos datáfonos, ni los sistemas informáticos más modernos, ni siquiera no tener la obligación que firmar cada vez que se paga en determinado tipo de compras. Los españoles utilizan cada vez más las tarjetas de crédito, sí. Pero, pese a ello, están en ... el furgón de cola de la UE en este terreno, según pone de manifiesto un informe del Banco Central Europeo (BCE). Cada español realiza al año 52 operaciones con dinero de plástico. Esa cifra, correspondiente a 2012, dobla la registrada en 2000, pero está muy por debajo de los niveles de la media de la Unión (79) y de los países del euro (71). La clasificación la encabeza Suecia, con 230.
Esa abismal diferencia es fruto de las costumbres asentadas con el paso del tiempo en cada país. Y también de otros factores, como la renta per cápita, el nivel tecnológico, el número de cajeros automáticos, la expansión de la banca o la existencia más o menos frecuente de datáfonos en los comercios. Todas esas cuestiones, y otras muchas, influyen a la hora de que el comprador utilice o no el dinero de plástico.
"Aunque resulte difícil de creer, al realizar o aceptar pagos con tarjeta, los consumidores y comerciantes, así como los bancos y otros proveedores de servicios de pago, siguen a día de hoy encontrando obstáculos o enfrentándose a diferencias geográficas cuyo origen se remonta a antes de la introducción del euro", explica Yves Mersch, miembro del comité ejecutivo del BCE.
El Banco Central Europeo pretende fomentar este sistema de pagos, que favorece el consumo y, además, contribuye a reducir el fraude. El empleo de tarjetas de crédito o débito ha aumentado con fuerza en el conjunto de la UE -se ha duplicado en lo que va de siglo-, aunque todavía tiene un "enorme" potencial de crecimiento, como subraya el BCE. "Es el instrumento de pago minorista más utilizado y de mayor crecimiento en Europa", apunta el informe. "Además, el número de operaciones por persona continúa aumentando en todos los países de la UE". A su juicio, los socios de la Unión "deberán promover el uso" de estos instrumentos, "crear un mercado de procesamiento de tarjetas competitivo" e implantar mejoras técnicas para avanzar en este ámbito.
Menos dinero gastado
Con sus 52 operaciones al año por ciudadano, España está muy lejos de los países nórdicos, que lideran el ranking: Suecia (230), Dinamarca (224) y Finlandia (213). Detrás de todos ellos, ya a considerable distancia, figura Reino Unido (167). Francia registra 130 y Portugal 115. Sorprende el escaso peso del dinero de plástico en Alemania, el motor de la UE, que apenas acumula 39 compras por persona. Los últimos puestos de la lista son para Rumanía (4), Grecia (7), Hungría (27) e Italia (28).
La media anual de dinero gastado con tarjetas es de 3.613 euros en la Eurozona y de 4.055 en el conjunto de la UE. Los españoles vuelven a quedar por debajo, con 2.312. Luxemburgo encabeza esta clasificación con 12.000, frente a los 10.000 de Reino Unido o los 9.500 de Suecia. En el otro extremo aparecen Bulgaria (187) y Rumanía (257).
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