Olaizola exhibe uno de los premios que ha conseguido.

Olaizola II y Barriola fueron una roca

Sacaron adelante un partido muy exigente frente a Irujo e Ibai Zabala, y repiten triunfo en el torneo Aste Nagusia de Bilbao

juan pablo martín

Sábado, 23 de agosto 2014, 22:07

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bilbao. El torneo Aste Nagusia de Bilbao merecía una final así y los 1.700 espectadores que se dieron cita reconocieron puestos en pie el esfuerzo de los cuatro contendientes. Olaizola II y Barriola se subieron al primer cajón del podio otra vez porque fueron ... una roca. Superaron a Irujo e Ibai Zabala en un choque muy exigente -813 pelotazos-, que obligó a un derroche descomunal a los protagonistas, en el que los azules supieron desenvolverse mejor. El delantero de Goizueta fue nombrado mejor jugador del campeonato por el acierto mostrado en el remate, al igual que las semifinales, pero también por la defensa que sacó a relucir frente a un rival como el de Ibero. Otra de las claves de la contienda estuvo en que, con el choque avanzado, los colorados no encontraron una pelota con más salida en el cestaño, porque con un material así podían haber hecho más daño.

El delantero de Asegarce se encuentra en un buen momento y supo buscar los resquicios necesarios en los momentos oportunos para abrir un pequeño hueco en el marcador que resultó determinante vista la buena actuación de los cuatro pelotaris. Sumó catorce tantos, uno de saque. Barriola trabajó a destajo y tan sólo cometió dos errores. El de Leitza tuvo muy claro cuál es su papel y, a pesar de verse dominado por su rival en algunas fases de la contienda, consiguió llevar la pelota al frontis de una forma u otra.

Olaizola II termina con una enorme ampolla en el pie

  • Aimar Olaizola entro cojeando a los vestuarios después de la entrega de premios. No eran calambres. Era una enorme ampolla en la planta del pie izquierdo que le dolía a la hora de apoyar. Su problemas comenzaron en las semifinales pero tomó medidas y la situación mejoró.

  • Comenzó el choque con una protección en la zona pero no sirvió de mucho. La destrozó tras el esfuerzo que requirió el choque y al final pagó las consecuencias. El de Goizueta estaba programado para hoy (18.00) en la localidad salmantina de Sardón de los Frailes, pero ayer por la noche era seria duda que pudiera jugar.

En el otro bando también terminaron contentos de su actuación. Irujo cada vez va a más en su proceso de aclimatación a los frontones tras su lesión. Hizo trece tantos y presentó batalla en todo momento. Se retiró a los vestuarios con la igualada a cinco en el luminoso, lo que hizo encender las luces de alarma sobre una posible recaída, pero los daños en lugar de la izquierda estaban en la derecha. No fueron muchos. Notó alguna molestia y entró a colocarse mayor protección para evitar posibles secuelas. Volvió, y los dos errores que cometió a partir de entonces fueron con esa mano. El zaguero de Berriz comenzó con alguna duda porque no era capaz de quitar pelota a Olaizola II, pero en el momento que se asentó buscó las losas altas del frontis y todo se igualó. El vizcaíno aguantó lo que le echaron y no cometió su primer error hasta el ecuador del choque, pero al final de la contienda acusó más el esfuerzo y se le cayeron algunas pelotas.

Tacada de cinco tantos

El choque se abrió con dominio de los azules porque Olaizola II estuvo al quite y como vio a su rival en la zaga incómodo aprovechó sus ocasiones. Sin embargo, un gran gancho de Irujo con la zurda les permitió conseguir el saque y sacar una pelota más viva con la que estuvieron más a gusto. El de Ibero se creció y encadenó una tacada de cinco tantos que igualó el encuentro (4-4) e inclusó les puso por única vez por delante en el luminoso.

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A partir de ahí fue un toma y daca que comenzó a endurecer las cosas sin que ninguna de las dos parejas consiguiera abrir un hueco definitivo hasta el ecuador de la contienda. Los delanteros estuvieron muy activos y la seguridad de los zagueros fue clave para que todo siguiera por definir (9-11).

Para entonces Irujo e Ibai Zabalaba buscaban lo que no encontraban en el cestaño, y fueron los ganadores los que aprovecharon un par de despistes de sus rivales y otro par de buenas acciones del de Goizueta para conseguir cuatro tantos de diferencia que a la postre pesaron mucho. Siguieron en la pelea pero el esfuerzo comenzó hacer mella y cada vez costaba más. Olaizola II y Barriola lograron su mayor ventaja casi al final (14-19) porque las fuerzas estaban justas y el de Berriz comenzó dar síntomas de cansancio después de la paliza que se había metido. Sin embargo, aguantó y su compañero decidió jugársela para poner el choque en un pañuelo (19-21) con un saque al ancho y un gancho. Pero fue demasiado tarde porque no había margen para el error.

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