ENRIQUE ECHEVARREN
Lunes, 30 de junio 2014, 07:59
Juan Martínez de Irujo levantó los dos brazos cuando Julen Retegi no pudo poner en el frontis la última pelota. Antes de ser estrujado por sus incondicionales, el de Ibero tuvo el detalle de darle la mano a su rival. Después fue rodeado de cámaras ... de televisión, fotógrafos y micrófonos para conocer sus impresiones. Cuando se deshizo de ellos emprendió el camino a vestuarios. Estaba como en una nube. Allí se abrazó con su amigo Lagarto, incondicional de los pies a la cabeza.
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Tras la entrega de trofeos, Irujo compareció en la sala de prensa con la txapela en la cabeza y un pañuelico rojo anudado al cuello. «Esta txapela es la mejor de todas las que he ganado. Primero porque es la última y segundo porque ninguna me ha costado tanto por el sufrimiento que he padecido a lo largo del campeonato. Ganarla ha sido una alegría tremenda. Me he emocionado. Voy a dormir con ella puesta».
Irujo cuajó un partido muy serio y apenas cometió errores a pesar de que no tenía la izquierda en condiciones. «He disfrutado mucho con la derecha, eso es lo que ha hecho que ganase esta txapela y también la de Parejas. Desde fuera puede parecer que le he ganado fácil a Julen, pero nada de eso. He tenido ventajas en el marcador, pero aquí hasta que no llegas a 22 pueden pasar muchas cosas».
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