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ADRIÁN PIÑEL
Sábado, 16 de agosto 2014, 06:55
Tradicionalmente las grandes historias se escriben con el paso de los años porque es lo que suelen tardar. Las catedrales antiguas, por ejemplo, fueron construidas durante varios siglos para durar una eternidad. Pero no siempre es así, a veces, en menos de lo que usted ... tarde en leer este artículo, las páginas de la historia ya han sido escritas con imborrables letras de oro. Para este tipo de situaciones, el mejor juntaletras del mundo es Usain Bolt.
El jamaicano es, por derecho propio, uno de los mejores deportistas de siempre y su legado, como las catedrales, será eterno. El 16 de agosto de 2008, en el marco incomparable que ofrecían los Juegos Olímpicos de Pekín, Bolt batía en 3 centésimas su propio récord de los 100 metros con una marca de 9,69 segundos. Historia y eternidad juntas en menos de diez segundos.
Sin embargo, los héroes del deporte viven y se alimentan de ser mejores que el rival, pero sobre todo, de dejar en la cuneta a tu yo pasado. Por eso justo un año después, en Berlín y durante la celebración del Campeonato Mundial de Atletismo, el dios de la velocidad bajaba a la tierra durante 9,58 segundos para demostrarle al común de los mortales que su lugar está más allá de la lógica del ser humano. Nuevo récord del mundo que aún nadie ha conseguido superar.
Ahora, tras ocho meses en el dique seco por culpa de las lesiones, el jamaicano ha regresado para colgar en su cuello un nuevo oro. Lo ha hecho en un escenario menor como los Juegos de la Commonwealth, y en una disciplina, 4x100 metros, que no es su especialidad. La última vez que le vimos correr los 100 metros en competición oficial fue el 6 de septiembre, cuando tomó parte en el Memorial Van Damme de Bruselas. Allí logró una discreta marca de 9,80, un tiempo que le serviría para seguir entre los 10 mejores velocistas de siempre pero con el que sería incapaz de batirse a sí mismo.
La oportunidad de hacerlo le llega este 28 de agosto en la Diamond League, donde el plusmarquista centrará todos sus esfuerzos en batir su propio récord en la prueba de los 200 metros lisos (19,19). «He dicho que quiero correr los 200 por debajo de los 19 segundos. Este es uno de mis grandes retos, uno de mis grandes sueños. Sé que la gente quiere verme correr rápido los 100, pero me encantan los 200 y quiero hacer algo especial», dijo a la cadena británica BBC.
Para ello, el estadio Letzigrund de Zúrich, lucirá una remodelada pista usada ya durante los Campeonatos de Europa de Atletismo que pretende ayudar a los atletas a pulverizar récords. Según el Instituto de Biomecánica y Ortopedia de la Universidad del Deporte de Colonia, la superficie ha sido cubierta con un revestimiento especial por el que el atleta pierde alrededor de un 10% menos de energía. Sin embargo, la empresa encargada de la remodelación señala en declaraciones a la web swissinfo.ch que los velocistas necesitan acostumbrarse a correr en superficies duras como ésta. En busca de ese fin, los atletas ya preparan zapatillas con clavos más agudos para fortalecer el impacto en la superficie.
Si finalmente logra adaptarse a la pista y vuelve a batirse a sí mismo, las futuras generaciones tendrán una leyenda más que contar cuando se retire. La diferencia es que todas serán ciertas. Bolt, la bala humana, recibirá un día la llama de su homólogo el dios Cronos para anunciarle el fin de su hegemonía deportiva. Pero aún no.
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