París marca la carrera de Iker Casillas

El madridista volvió años después a jugar en la capital francesa y, de hecho, uno de sus mejores recuerdos con la selección fue el triunfo en Saint Dennis por 0-2 en 2010, cuando España, vistiendo de azul, silenció el coliseo parisino con tantos de Villa y Ramos. Esa fue la última vez que jugó allí, ya que la anterior vez que pisó ese recinto fue para apoyar a sus compañeros, porque apenas un mes antes se había lesionado tras una patada involuntaria de Álvaro Arbeloa durante un partido copero en Mestalla, y fue recibido en la víspera con una ovación por el grupo. Al día siguiente, Casillas comprobó que tenía sustituto de garantías en 'La Roja', porque Víctor Valdés fue el mejor del partido. Varias paradas de mérito, especialmente una a cabezazo de Evra en la recta final del duelo, que certificaron el billete para Brasil unos meses antes de la Copa Confederaciones. Tras ella, llegó el aviso de que tenía que jugar para mantener su puesto de primer portero en 'La Roja'.

El viaje a París

La campaña arrancó y el meta dejó de jugar en Liga con el Real Madrid para hacerlo sólo en Copa y Champions. «Si dentro de tres meses la situación no cambia y me hacen la misma pregunta, a lo mejor contesto que me estoy planteando irme», dijo a mediados de octubre abriendo la puerta a una salida. Cuando en noviembre de 2013 el meta se marchó, en unos días de descanso, a conocer París con Sara Carbonero, según desveló la periodista en su blog, crecieron los incipientes rumores de que Iker podía marcharse al París Saint Germain en navidad.

El PSG, que mostró su interés, le permitiría jugar el resto de la campaña en Liga antes del Mundial, no la 'Champions', ya que temía por su puesto de titular en La Roja. Las impresionantes actuaciones de Valdés eran el motivo para que su entorno pensara que la presencia del capitán en el once corría peligro.

Finalmente decidió quedarse, confiando en que llegar a las dos finales de los torneos que jugara le iban a permitir disputar al menos 22 partidos en la temporada. Del Bosque le echó una mano en el amistoso ante Italia, en el que fue titular aunque Valdés entró en el descanso. Cuando crecían las dudas sobre quién sería titular en Brasil, el catalán se lesionó de gravedad. A dos meses y medio para el Mundial, Valdés quedaba descartado para la cita en Brasil. Iker disputó semanas después la final de la Copa del Rey, levantó el trofeo, como luego hizo con la Champions. Aquella noche en Lisboa el meta alzó la 'décima' pero la cita abrió más dudas sobre su momento de forma al fallar en el gol de Diego Godín y estar varios minutos llorando sobre el césped mientras se disputaba la final.

En el Mundial las cosas no le salieron a la selección como se esperaba. Y sobre todo a Casillas. El equipo firmó un ridículo histórico en el estreno ante Holanda, siendo todo muy distinto a lo vivido en Sudáfrica. Esta vez Robben fue el ganador y el portero estuvo ausente, cometiendo un error increíble en uno de los goles. Se rumoreó que Del Bosque podría cambiarle ante Chile pero, sin Valdés en el equipo, el cuerpo técnico creía que variar de guardameta era una decisión muy arriesgada. Sólo alguno de sus miembros apostaba por el cambio y situar a bajo palos a De Gea, que había debutado en un amistoso en Washington contra El Salvador, pero el meta del Manchester se lesionó en un entrenamiento. Iker mantuvo el puesto y no estuvo afortunado en Maracaná, especialmente en el 0-2. No disputó el partido que cerró el Mundial ante Australia y regresó con una idea clara: o era titular en el Real Madrid o se iría. Lo habló con el club, que en un primer momento no fue tajante.

Blanc apuesta por Sirigu

A Iker Casillas permitieron sondear el mercado, pero su agente se topó con que su alto salario era un obstáculo para salir a los dos clubes que habían mostrado más interés. El Arsenal prefirió al colombiano Ospina y el PSG le informó que Laurent Blanc contaba con Salvattore Sirigu para ser titular. Actualmente, pese a que tras la salida de Diego López, es titular en el Real Madrid pero está algo incómodo con tanto seguimiento a lo que hace en cada partido. Se siente observado, demasiado presionado con el análisis constante no de sus paradas sino de cada gesto, de cada mueca que hace en los partidos.

En el banquillo del Stade de France se le vio muy serio. Nadie esperaba su suplencia, aunque fuera un partido amistoso. Y mucho menos él. «Ha estado bien De Gea. Nos vamos contentos. Tenemos que empezar a rodarle y hemos aprovechado la ocasión en un partido importante. Demuestra una gran veteranía. Hemos obrado con naturalidad con la suplencia de Casillas», explicó Vicente del Bosque. El salmantino regateó, varias veces, la pregunta posterior a su explicación: ¿Jugará Casillas ante Macedonia?: «El lunes lo vemos».