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Corinne Diacre durante el encuentro disputado este lunes.
Corinne Diacre rompe las barreras del fútbol
REVOLUCIÓN EN FRANCia

Corinne Diacre rompe las barreras del fútbol

La exfutbolista francesa, de 40 años, debutaba este lunes en su primer partido como entrenadora de un equipo profesional masculino, el Clermont. Un antes y un después en un mundo dominado por hombres

Miriam Cos

Martes, 5 de agosto 2014, 12:28

Durante años ha sido una de las futbolistas más prestigiosas de Francia, aunque es ahora cuando ha dado un paso más allá. En un mundo dominado por hombres, y donde las competiciones femeninas no copan ni siquiera los breves de los mejores diarios deportivos, Corinne Diacre, francesa de 40 años, ha conseguido dar una patada a los tópicos y colarse en el mundo del fútbol masculino. Y es que ahí es donde está lo curioso de su situación. Por primera vez en la historia del deporte rey, una mujer se encarga de ser la entrenadora de un equipo profesional de hombres, en este caso el Clermont, de segunda división.

Era este lunes, casualmente el día de su cumpleaños, cuando la exjugadora debutaba en su puesto de preparadora. Todas las miradas del mundillo se cernían en torno a ella, y no era para menos. El equipo, que ya había decidido antes recibir entre sus filas como técnica a otra mujer, Helena Costa -con la que finalmente no llegaron a entenderse-, recibió a Diacre con los brazos abiertos, un ramo de flores, una larga ovación y una derrota por dos goles a uno.

Y aunque partidos perdidos puede haber muchos, seguro que también podrán compartir un sinfín de victorias, sobretodo cuando su currículo es equiparable al de cualquier otro técnico: a los 18 ya formaba parte de la selección nacional francesa, dirigiendo el equipo bajo la categoría de capitana desde los 20. Su palmarés abarca 121 partidos internacionales y diecinueve temporadas en la defensa del ASJ Soyaux, equipo para el que ejerció de preparadora desde 2010 hasta el mes pasado.

Su primer partido

El primer encuentro de Diacre, que enfrentaba a un candidato al ascenso, el Brest, contra otro cuyo objetivo es salvar la categoría, como el Clermont, captó la atención más de lo que se esperaba.

Aficionados congregados en el estadio se mostraban contentos por la decisión del equipo de segunda división de tomar a una mujer como técnica. "¿Una mujer entrenadora? Por qué no. Tienen cada vez más responsabilidades en todos los oficios", argumentó Henri, un jubilado de 67 años y aficionado del Stade Brestois, donde acude al estadio con regularidad desde hace 45 años. "Además, estoy seguro que saben manejar mejor a los jugadores; son más psicólogas", añadió.

"Lo que yo encuentro extraño es que no haya habido ninguna mujer entrenadora antes", dijo por su parte Baptiste, un niño de 12 años con la bufanda rojiblanca, los colores del Brest, en el cuello. Para él, la presencia de mujeres en el fútbol daría una imagen menos machista de este deporte y los partidos serían "menos violentos".

La más escéptica, curiosamente, era otra mujer, Lulu, jubilada de 69 años y abonada al Brest desde hace cuatro: "Puede funcionar, pero hace falta que ella demuestre que vale".

Por su parte, la francesa no quiso ser demasiado expresiva ante el partido y ante la expectación provocada. Parece que Diacre está esperanzada en que el interés mediático solo haya sido en esta ocasión. Tras el encuentro, quiso explicar sus opiniones al respecto de la derrota. "Nunca es agradable perder, es evidente. Nos hemos enfrentado a un buen equipo de Brest que ha jugado bien. Hemos cometido dos errores en los goles encajados, pero también hemos hecho cosas buenas, lo que es un buen augurio para el futuro", sentenció ante la atenta mirada de los medios.

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