Fallece el alavés José Luis Ibáñez Arana, expresidente de la Federación Española de Ciclismo

José Luis Ibáñez estuvo vinculado a la Federación Alavesa de Ciclismo, que presidió entre 1974 y 1982, lo que le serviría para ser vocal de la Federación Española a partir de 1978 y, posteriormente, presidente del Comité Nacional de Ciclismo Infantil y de Escuelas. Más tarde ocuparía el cargo de vicepresidente, antes de alcanzar la presidencia en 1984, puesto en el que fue reelegido en 1988 -en una histórica votación ante Luis Puig, a la sazón presidente de la UCI-. El empresario alavés fue presidente de la federación hasta 1992, en una de las épocas más brillantes del deporte del pedal.

El 28 de octubre de 2014, el COE le distinguió con la Insignia Olímpica «por su destacada contribución y dedicación al desarrollo del ciclismo en España», a petición unánime de la Junta Directiva de la RFEC, que le fue entregada en abril de 2015 en su domicilio de Murgia, rodeado de sus seres queridos.

Su legado

En el emotivo acto, la federación quiso testimoniar su «sincero reconocimiento y tributo a la historia reciente de nuestro deporte». Alejandro Martín, secretario general de la federación, indicó que el legado de Ibáñez Arana «permanece en los muchos y anónimos clubes, y técnicos que con su labor diaria, en cierto modo silenciosa, gris, y en no pocas ocasiones infravalorada, contribuyen a mantener el ciclismo más activo, fuerte y enérgico si cabe que por entonces, reivindicando su capacidad natural para suscitar y despertar emociones, vivencias; sin partidismos, ni afiliaciones, ni desafectos». Todo ello es valorado como «capital y activo intangible de nuestro deporte», por la directiva de la federación.

Durante el mandato de Ibáñez Arana, la federación puso en marcha las primeras Jornadas de Ciclismo Infantil e impulsó la creación de más de 300 escuelas de ciclismo. Procedió a la constitución de la Escuela Nacional de Entrenadores y confeccionó su primer reglamento, organizando diferentes cursos de entrenadores y directores deportivos, entre los que destaca el celebrado en Tarragona, patrocinado y auspiciado por el Comité Olímpico Internacional.

La trayectoria de Ibáñez Arana y su extraordinaria capacidad en la dirección, organización y promoción del ciclismo de base, de la formación de técnicos y directores deportivos de ciclismo, así como su incondicional apoyo y trabajo en la candidatura de los JJOO de Barcelona 1992, además de los Mundiales en carretera de 1984 y 1992, son algunos de los pilares y logros más significativos de este alavés en su dilatada carrera como máximo dirigente federativo.