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Sergio Eguía
Lunes, 7 de abril 2014, 10:51
Mientras el Knicks-Nets se veía en Vitoria como el encuentro, uno más, entre Prigioni y un Teletovic cada día más asentado en la NBA, otro exbaskonista -si se le puede llamar así- jugaba otro partido mucho más importante dentro del mismo recinto. Unas plantas más arriba de donde está la cancha, en la zona de despachos del Madison Square Garden, Lamar Odom se reunía con diós. El díscolo ala-pívot y chico para todo en los Lakers de Jackson -perdón, diós- busca salir del infierno en el que está inmerso en los últimos tiempos y quién mejor que Phil para que mostrarle el camino de la redención.
El nuevo presidente de los Knicks tiene en mente un nuevo gigante para Manhattan, un equipo (en todo su significado) capaz de seguir engordando el joyero del señor de los anillos. Para ello necesita fichar. Mucho, seguramente. El problema es que si pretende conservar a Carmelo Anthony el tope salarial obliga a lograr talentos especiales a precios increíbles. Y ahí la baza de Lamar Odom para volver a la élite. Jackson lo conoce bien. Con el fue mejor sexto hombre de la competición en 2011.
Claro que lo mantener a Anthony, según los rumores cada día más fuertes, no va ser tarea sencilla. El sobresaliente anotador de origen portorriqueño parece estar escuchando los cantos de sirena que llegan desde los necesitados Lakers. Al parecer Melo, que es agente libre, sería el refuerzo inmediato en el que piensan los gestores del oro púrpura. Van a necesitar dos balones y una carretilla de dinero en cuanto regrese Kobe. También hay quien opina -en la NBA hay más cotilleo que baloncesto, en ocasiones- que el movimiento de los angelinos será esperar a a 2015 para hacerse con Kevin Love y salir a la caza de Kevin Durant para 2016.
Contra eso se especuala con la llegada de Gasol al Madison -otro que vio la luz con Jackson- y de LeBron algo más adelante. Esa sería la forma de que Melo no emigrara de la Gran Manzana. El 7 (Lamar tendrá que cambiar de número si ficha Anthony no es Van Oostrum) está inquieto por el paso del tiempo. Se hace mayor y el anillo le llama. Sabe que por mucho que haga Jackson serán necesarios por lo menos dos años para estar en condiciones de lograr su tesoro.
Pero bueno, todo esto solo es baloncesto ficción. Por ahora, lo único cierto, según ha publicado el New York Post, es que Lamar Odom y Phil Jackson se han reunido en dos ocasiones en el despacho de presidente de los Knicks. El de Queens quiere otra oportunidad y piensa ya en otro futuro mientras se recupera de la lesión de espalda sufrida entrenando en el Buesa. ¿Te lo imaginas posando con una bufanda de los Knicks en Times Square?
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