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juanjo brizuela
Martes, 22 de septiembre 2015, 10:54
Un tiro libre fallado por el base alemán de los Atlanta Hawks, Dennis Schröeder, frente a España, a falta de tres segundos inició un recorrido de superación constante, de progresión en el estado de forma técnico, físico pero sobre todo mental que ha llevado ... a España a su tercera medalla de oro en un muy buen campeonato, en general. Un Eurobasket 2015 que recordaremos como el de Pau Gasol, ese chico que hace ya 16 años llamó a la puerta de los éxitos del baloncesto español, con su primer triunfo en el Mundial Junior de Lisboa 1999, y que competición tras competición, ha llenado las vitrinas de la Federación Española de Baloncesto.
Comprender las grandes hazañas es también cuestión de observar aquellos pequeños detalles que permiten seguir adelante en el propósito. El resultado final no es únicamente el premio en el último día de competición sino sobre todo la trayectoria que te ha ido llevando hasta su final, un camino que está lleno de pequeñas cosas, matices y momentos que de no haberse producido, hubiese provocado que el resultado fuera otro, quizá.
Los éxitos tienen mucho que ver con la paciencia, la perseverancia, el no caer descompuesto cuando tropiezas una vez e incluso dos, y sobre todo en el hecho de no dudar jamás aunque tus condiciones no sean las mejores. Dos derrotas frente a Serbia e Italia, llenaron de dudas a las y los aficionados a este deporte. Dos derrotas que pusieron en jaque lo logrado hasta ahora. Pero dos derrotas que supusieron una involución en esa maquinaria de partidos y retos en los que se convierte un torneo intenso en fechas y rivales.
España inició este Eurobasket con cierto aire nostálgico por las bajas de jugadores importantes como Juan Carlos Navarro, Marc Gasol, Ricky Rubio, José Manuel Calderón y en menor medida Álex Abrines. A la ausencia del talento le sustituyó un equipo más físico y táctico, bajo la batuta de la capacidad insuperable de liderazgo y ejemplo en la cancha de Pau Gasol y el trabajo colectivo, aprendido tras las derrotas, basado en el esfuerzo desde la defensa, donde se empiezan a ganar los partidos y los campeonatos.
Defender para dominar la posesión
Esta España 2015 ha sido la de la consagración de la defensa colectiva como el factor más determinante, y en especial la del reconocimiento de la defensa de los jugadores exteriores como el principio de cualquier estructura defensiva. Es más que justo reconocer el enorme trabajo de Llull en esa tares. A veces de base, a veces de alero, siempre en la intensidad defensiva desde el 1x1. Junto a él, Sergio Rodríguez consiguió mostrar que además de su talento ofensivo es capaz de tapar espacios en el hombre a hombre a base de mucho esfuerzo; la labor de un debutante-veterano, Pau Ribas, que ha cumplido un torneo para enmarcar: excelente en el 1x1 tanto al balón como al hombre sin balón; y Rudy Fernández, lastrado por sus problemas físicos, que sorprendió una vez más con su dinamismo y su capacidad de anticipación en la defensa digna de repasar. En definitiva, la primera línea de defensa de España ha sido de lo mejor de este Eurobasket.
El rebote ha sido un pequeño problema en este equipo. El rebote es cuestión de actitud y de posición. España lo resolvió, de nuevo, desde el colectivo. Gasol ha sido su máximo estandarte pero hay que mencionar al omnipresente Felipe Reyes, que volvió a la selección para finalizar con la tarea de una generación, un correcto Mirotic y en especial la ayuda de Víctor Claver, que ha mostrado sus principales cualidades físicas desde un rol secundario. España trataba de cambiar tiros (uno de los primeros equipos en tapones), aunque la mayor parte de los rebotes perdidos eran escupidos hacia el exterior donde los pequeños debían de estar.
Las rotaciones de 8 jugadores
España ha sido de las selecciones que menos jugadores ha puesto en escena aunque por otro lado ha conseguido que sus ocho jugadores, crecieran partido a partido. Con un liderazgo tan superlativo como el de Pau Gasol, su esfuerzo, trabajo, inteligencia y lectura del juego en el campo (IQ), cabe destacar además el papel de los jugadores del Real Madrid, que han demostrado que el juego y los éxitos de la temporada pasada no han sido por casualidad (hemos visto mucho tiempo juntos a Chacho, Llull, Rudy y Felipe en cancha junto a Gasol). Cada uno se ha cobijado en la sombra y ejemplo del pivot de los Chicago Bulls para aportar su granito de arena a una obra coral, una melodía que acompañaba y no desentonaba el papel de su solista. Llull, en ese puesto de 1,5 (medio basemedio escolta), ha mostrado que cuando su físico se pone a tono, es muy desequilibrante. Un Sergio Rodriguez que disfrutaba cuando era capaz de desequilibrar con el balón en las manos; un Rudy Fernández decisivo en especial en defensa y un Felipe Reyes, inconmesurable en derroche de gotas de sudor y esfuerzo, siempre en la posición correcta en el campo tanto en rebote pero en especial en las ayudas a los exteriores e incluso a Gasol.
Junto a ellos, la segunda unidad encabezada por el complementario Mirotic, que ha encabezado ese rol secundario sin desentonar en exceso. Este Eurobasket le ha servido quizá más a él que a los aficionados, por entereza, por perder protagonimo en ataque para ganarlo en minutos en el campo y por aportar en ambos lados del campo, no sólo en ataque. Pau Ribas excelso, veterano en el campo, excelente en defensa, correcto en ataque, valiente y acertado. Finalmente, San Emeterio que ayudó al equipo cuando éste más perdía el norte en la primera fase del campeonato, aportando equilibrio una vez más.
La gestión de Scariolo
No hemos de olvidar que un equipo lo forman no sólo los jugadores, verdaderos protagonistas, sino también el cuerpo técnico. Scariolo, sin duda, ha estado sobresaliente. De puertas hacia dentro seguramente gestionando roles, liderazgos y soluciones tácticas: ideas claras y las justas, planes de partido a largo plazo y sobre todo, no tocar aquello que funciona sino ponerlo aún más en valor. Podrá ser aceptado o no, pero en ese rol secundario más vale poco pero notable que no mucho e insuficiente.
Scariolo siempre aportaba una solución al equipo cuando éste más lo necesitaba. El equipo ha sido capaz de jugar con muchas variaciones tácticas: con 4 pequeños, con 3 grandes, con pases extra, en transición, en estático. En defensa, obligaba a defender el pick & roll por delante, a cambiar de hombres en los segundos finales de posesión, de jugar en hombre o defender en zona-press todo el campo 1-2-1-1, de defender en zona 2-3 y pasar después a individual. Un arsenal de recursos que se le ha visto al equipo y eso quiere decir por tanto, que el equipo estaba bien preparado. Una solución adecuada en un momento determinado. Y eso es mérito de Scariolo y su cuerpo técnico.
Inconmesurable Pau Gasol
Es difícil recordar una actuación tan brillante de un jugador europeo en un torneo FIBA. La exhibición de Pau Gasol partido a partido hasta llegar a su cénit en la semifinal ante Francia, ha copado la admiración del público y el respeto más absoluto de sus rivales. Dicen que los equipos campeones se construyen desde el base y en especial desde el pivot. Lo que le faltó a Italia, lo que le faltó en el momento importante a Francia, lo que ayudó a Lituania salvo en la final. El pivot versátil, como lo definió en su día Abdul Jabbar, dominó en el juego técnico pero sobre todo avasalló rival a rival, equipo a equipo, con su fortaleza mental y su dominio total del encuentro. Una imponente gama de recursos: de espaldas y de cara, desde el poste bajo o desde los 6,75, con reverso o penetrando desde fuera a dentro, desde los tapones hasta su efectividad en el tiro libre, en transición o tras continuación de pick & roll. Pau Gasol es de ese tipo de jugadores que habla con un balón en las manos y encarando el aro rival, una vez tras otra.
Cuatro momentos estelares han marcado su irreprochable MVP, sin menospreciar sus tapones, asistencias, rebotes...: sus 6 triples frente a Polonia, tirados y anotados siempre en momentos oportunos para el equipo, el mate tras su penetración desde el exterior en la semifinal ante Francia, los tres mates consecutivos al final de la semifinal también contra Francia y el tapón y el triple seguidos en la final contra Lituania para acabar de cerrar el partido. Absolutamente dominador.
A falta de una: Río'16
Las generaciones son un concepto temporal. No hay convención sobre cuántos años son necesarios para dar por finalizada una generación. Lo que sí es cierto es que a la generación de 1980, liderada por Gasol, Navarro, Calderón y Reyes le falta un último reto profesional en la selección: los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Ése será su broche final y ése será su reto último y no por ello, posiblemente, el más importante de sus carreras. A esta generación se le unirán otros jugadores que heredarán el legado, el juego, la inteligencia y la ambición de un equipo que año tras año se junta en verano para disfrutar de ganar, no de jugar, partido tras partido. Así lo llevan haciendo desde hace más de 15 años con un palmarés impresionante. En su recuerdo, las dos finales perdidas frente a USA en Pekin 2008 y Londres 2012. En sus cabezas, el oro de Río.
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