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Carlos Benito
Martes, 20 de enero 2015, 20:05
La cerveza siempre ha sido importante en el mundo del rock, un combustible esencial para artistas y público, pero en el caso del grupo alemán Tankard la cosa roza lo monomaniaco. Ahí los tienen, en sus fotos promocionales, despreciando todas las convenciones acerca del glamour ... y aplicándose con entusiasmo a libar de sus latas de medio litro de Brand Löscher, con el bueno del bajista Frank Thorwarth cargando las provisiones de reserva. Hablamos de un grupo cuyo nuevo álbum se titula 'R.I.B.', es decir, 'Rest In Beer', 'Descanse en cerveza'. Hablamos de un grupo cuyo anterior álbum se titulaba 'A Girl Called Cerveza', es decir, 'Una chica llamada'... Bueno, ya saben. Hablamos, en fin, de un grupo capaz de concluir su presentación oficial con la siguiente frase, que en castellano rima y todo: "Cuando pienses en thrash metal y cerveza, el nombre de Tankard será el primero que te venga a la cabeza".
Y quizá sea la cerveza ('desayuno de campeones', como afirman en otro de sus temas) lo que les ha mantenido fuertes todo este tiempo, porque el caso es que Tankard son ya un grupo excepcional en materia de durabilidad y persistencia: llevan 33 años de carrera sin haberse disuelto en ningún momento, con el bajista Frank y el vocalista Gerre como núcleo estable, capeando con estoicismo los tiempos duros en los que el thrash interesaba a poca gente. Ellos mismos han contado que en la segunda mitad de los 90 apenas vendían discos y que, de hecho, en 1998 solo pudieron ofrecer tres conciertos, ante auditorios que rondaban el centenar de personas. Pero ahí siguen, inasequibles al desaliento y a la sed, un poco sorprendidos de su propia historia: "Estar aquí después de tanto tiempo me parece asombroso y también nos enorgullece un poco ha explicado Gerre en una entrevista con 'Weller Not Weller'. Nunca nos hemos rendido y nunca hemos tenido grandes cambios de estilo".
Gerre y compañía fundaron la banda cuando estaban en el instituto, allá en Fráncfort, empujados por su devoción hacia referentes como Iron Maiden, Judas Priest, AC/DC o Tygers Of Pan Tang. Se bautizaron Tankard, que es un tipo tradicional de jarra (un tanque de cerveza, para entendernos), y pronto se convirtieron en uno de los nombres más relevantes de la oleada de thrash alemán de los 80: se suele decir que forman parte de 'los cuatro grandes teutones' junto a Kreator, Destruction y Sodom, aunque ellos son los primeros en relativizar ese prestigio y dejar claro que son "la parte más pequeña" de esa élite selecta: "Ellos siempre fueron los 'tres grandes'", se ríen. Porque Tankard andan sobrados de sentido del humor, por mucho que a veces se les note ya un poco hartos de que les tomen siempre a broma: "Nosotros intentamos combinar material divertido y material serio han puntualizado en 'Radio Metal'. Por encima de todo, somos una banda de thrash metal que escribe cosas estúpidas, porque no nos tomamos en serio a nosotros mismos. Pero a nuestra edad no puedes estar escribiendo siempre canciones sobre la cerveza". ¡Brindemos por eso!
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