Aitor Txasko, Aizpea Racamonde y Álvaro Martínez de Antoñana.

Gaztedi

Hace casi medio siglo que unos compañeros de clase del colegio Corazonistas crearon este club de rugby, hoy ya todo un clásico en el deporte alavés

De lo que parecía una simple prueba –o ensayo, como les gusta llamarlo a ellos– entre varios amigos terminó naciendo uno de los clubes referentes en el campo del rugby: el Gaztedi. El 'kick off', o saque inicial, fue hace 46 años, cuando un grupo de estudiantes del colegio Corazonistas le cogió el gusto a ese deporte que les enseñó el profesor Patxi Montoya. «Por entonces no era muy conocido. Tanto que la única opción para jugarlo era desplazarnos hasta Salvatierra. De manera que decidimos fundar el nuestro en Vitoria», evoca Roberto Corres, presidente del club y uno de los fundadores. «Nada que ver con la afición que hay ahora, está en auge». Un crecimiento en el que ha colaborado EL CORREO no solo siguiendo el día a día del equipo, sino también anunciando los horarios de sus partidos para hacer rebosar las gradas. Juntos se ha formado una especie de melé imparable.

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El primer cometido de aquellos pioneros, entre los que destacan el propio Corres pero también Miguel Beltrán de Otálora, Fernando Bagazgoitia, Alfonso Churruca, Javier Martorel o Paco Sarabia, fue bautizar al equipo. Y se impuso Gaztedi por una cuestión muy sencilla: «Era el nombre de la inmobiliaria que nos patrocinaba, pero además tenía una similitud con Gasteiz». Así que se enfundaron la camiseta roja y se lanzaron al barro a sumar puntos encadenando un 'try' con un golpe de castigo para lograr un histórico ascenso a Liga Vasca. Pasaron el testigo –o el balón ovalado– a aquella hornada conocida como 'los cadetes del 68' que se había proclamado campeona de España. El equipo subió a Primera Nacional y se consolidó como un club con todas las letras. Hasta convertirse en el único que mantiene a día de hoy el pulso al rugby en la capital alavesa, disputando la liga División de Honor B. Pero hay más. «Hace muchos años que creamos el conjunto femenino. Y, además, hasta los 16 años los equipos son mixtos para que todos puedan jugar», destaca Corres. «El periódico nos permite dar voz al club y al rugby para implantarlo en la ciudad, en los colegios... Seguir aumentando la familia», añaden.

Y para garantizar ese futuro se organiza anualmente la Araba Cup, que cuenta con el apoyo de ELCORREO. Una cita en la que reina la deportividad por encima de todo. «No es un torneo, es un encuentro internacional de escuelas con jugadores de 6 a 14 años. En los partidos no hay puntuación, se valora la actitud de los jugadores en el campo y con los rivales», destaca el presidente. Un campeonato que reúne a alrededor de 70 equipos y 1.500 niños disfrutando sobre el verde. Porque si algo caracteriza a este deporte de tanto contacto es el compañerismo y los valores, con el tercer tiempo como máximo exponente.

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