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Las redes de Cáritas se extienden en España por setenta localidades, entre las que Vitoria adquiere una importante presencia. La sede de la capital alavesa, que dirige Maite Sebal –la primera mujer al frente de la entidad diocesana–, atendió en 2023 a 5.032 familias. El informe ilustra con otros datos el perfil de esas atenciones: el 65% son mujeres, un 75% tienen origen extranjero, el 37% estaba desempleado o el 31% carecía de permiso de residencia y trabajo. Las difíciles historias que se hallan detrás de esta cascada de cifras han llevado a este organismo a alertar, entre otras cuestiones, de que se ha generado un «mercado especulativo» con las citas en Extranjería o que se ha producido un aumento de las personas sin hogar, a las que «ni el albergue ni el Servicio Municipal de Urgencias Sociales están dando una respuesta suficiente». Estos mensajes y otros similares pretenden calar entre las fuerzas políticas, pero también sirven para dar cuenta de la labor solidaria que desarrolla Cáritas en el territorio.
Con cerca de 39 trabajadores, 620 voluntarios y 1.260 socios, dispone en la actualidad de nueve áreas abiertas que proporcionan una intervención directa, formación, empleo, acompañamiento habitacional, conversación en castellano para adultos o que se centran directamente en la infancia, los mayores, las mujeres o lo que denominan como 'comunidades acogedoras'.
Con el objetivo de aumentar la recaudación para cualquiera de esas necesarias causas, EL CORREO colabora con Cáritas cada septiembre en la convocatoria anual de la Marcha Solidaria Green. La participación de más de un millar de personas en la pasada edición logró que 3.000 euros se destinaran a su programa de acogida para ayudar a familias procedentes de conflictos bélicos. «Acogemos a personas que están haciendo un itinerario y para las que la vivienda supone una ruptura en ese camino», explica Sebal. Cerca de 30 viven en siete pisos suyos, de la Diócesis o cedidos por otras congregaciones. Un año antes, en 2023, el dinero recaudado se destinó a formar a ciudadanos en riesgo de exclusión o parados de larga duración de Rioja Alavesa.
«Debemos intentar que la gente se integre en nuestra sociedad. El mejor método para ello es la formación y el empleo, pero como no todo el mundo puede acceder a ellos, para eso están las ayudas directas, los talleres laborales o nuestra agencia de colocación», concreta la responsable. Otro de sus objetivos es «estar presentes en todo». «Llegamos a toda la diócesis, así que pueden encontrarnos en Salvatierra, Llodio... y en las parroquias de otros muchos pueblos alaveses», invita Sebal.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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