«Las zonas inundables nunca deberían tener un gran centro comercial o garajes subterráneos»

Mientras advierte de que llegarán más danas a la zona del Mediterráneo, el peligro que azota al área de influencia del Cantábrico es diferente. Un cambio en la corriente conocida como AMOC «que se está frenando» es el que puede traer frío y sequías «pero eso en un plazo intermedio», tranquiliza. Ahora lo que hay es «un mar embravecido con temporales y vientos de 150 kilómetros por hora, sobre todo en la costa gallega, que antes eran muy raros».

Ni los vientos huracanados ni las lluvias torrenciales son el pan de cada día. Así una tromba de 500 litros por metros cuadrado, el equivalente a todo lo que llueve en un año, como la que vivieron la semana pasada en sólo unas horas algunas localidades de Valencia, señaló, «no hay cuenca hidrográfica que la absorba ni infraestructura que lo aguante». «Son eventos muy extremos para los que no hay coordinación ni plan de emergencias». Dicho esto, cree que es el momento de que haya una mejor «sincronización a escala autonómica y nacional». «Tienen que integrarse mucho mejor. Tiene que usarse la política para lo bueno no para interferir; hay que hablarlo y ensayarlo».

Además de arreglar infraestructuras, en el proceso de recuperación de toda esta zona dañada se tienen que tener en cuenta más factores. Así, Valladares abogó por un mayor cumplimiento de las leyes medioambientales europeas. «Las zonas inundables nunca deben tener un gran centro comercial, un colegio, garajes subterráneos, ni nada». «Las leyes medioambientales se violan a menudo, somos el país que más infringe la normativa ambiental en Europa», denunció.

Y de vuelta a la sequía, el científico puso el dedo en una llaga: la de la economía. En concreto a los problemas derivado de un uso «empresarial, privado o de negocio» del agua y no como un derecho. «Hacer dinero con el agua nos empobrece a todos». Durante su charla dio varios ejemplos de los efectos que con el cambio climático ha tenido la falta de agua para la economía de determinadas regiones. Se refirió al cava catalán, cuya producción se ha vista afectada por la falta de agua, lo que conlleva ahora a que haya ERTES en algunas bodegas. «Pero es que pasa lo mismo con el turismos o con la construcción, es que no hay agua ni para tanta cerveza».